Lucía
El salón es inmenso. Está todo pulcro, en su lugar. Meticulosamente organizado y listo para recibir a los invitados.
Del techo cuelgan velos blancos que salen de los faroles de cristales que alumbran toda la estancia. Las mesas están distribuidas en perfecto orden; en el centro de cada una hay un arreglo de flores naturales acompañados de velas. Mamá sonríe al acariciar una hortensia cuando pasamos por el centro del salón y su sonrisa le da el toque final a su atuendo, haciéndola ver más linda de lo que ya es. Nos acercamos a recibir a los invitados mientras papá charla con otros que ya han llegado. Sigue sin tocarme el tema de la gerencia de A&C constructora; sin embargo, es algo que le preocupa y que no puede ocultar de mí.
Los Kalabagh hacen su aparición; los primos junto a sus esposas y, por supuesto, Denzel que camina con aire de superioridad. Siento la tensión de mamá al verlos, no obstante, saca su mejor sonrisa y, juntas, saludamos. Terminan de entrar al salón y la persona encargada les indica el puesto en su mesa.
El comportamiento de mis padres solamente hace que mi preocupación aumente. Sé que intentan ocultarlo de mí, pero la empresa es lo único que tenemos y no puedo hacerme la de oídos sordos ante esta situación. Papá está a punto de perder todo lo que ha construido y depende de mi puesto que eso no suceda. No sé qué hacer, a quién acudir o cuál estrategia implementar para quedarme con el cargo de A&C constructora. Sigo pensando constantemente en no defraudar a papá, soy su única opción... Me obligo a sonreír a un grupo de personas que van llegando y, sin verlo, primero llega su olor. Ese que quedó grabado en mi sistema desde nuestro encuentro en el centro comercial.
Miro al frente y no tengo necesidad de buscarlo, porque aparece delante de mí como si fuera el puto amo del mundo. Está vestido completamente de negro con un traje hecho a la medida, camisa con botones hasta arriba y corbata. Mi diablillo protesta por no poder ver parte de su pectoral. Se acerca con su caminar pausado y seguro.
El maldito es un gusto a la vista y lo sabe.
Viene acompañado de dos mujeres: la rubia del centro comercial y la misma señora que estuvo en la reunión. Ambas cuelgan de su brazo.
—Adela, me alegra tenerte aquí, querida —mamá se apresura a saludar y besa ambas mejillas de la mujer. Ahora que la miro de cerca, puedo ver su parecido con Damián y comprendo por qué se me hacía conocida cuando la vi en la sala de reuniones. Es su madre, y también viuda de Donatello.
—¿Qué clase de amiga sería si no hubiera asistido? —La mujer de mediana edad le corresponde el saludo con una agradable sonrisa, suelta el agarre de Damián y mira a mamá en modo interrogante—. ¿Esta es Lucía?
Mamá asiente con orgullo.
—Qué hermosa estás, mi niña —toma mis manos entre las suyas para luego mirarme con nostalgia. Correspondo el saludo, apenada.
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Jugando A Seducirte ©: (Libro 1 De La Duología: ¿JUGAMOS?)
RomanceEn este juego de seducción no habrá perdedores. Un viaje. Ella para olvidar a su ex. Él por compromiso. Ella buscaba divertirse. Él saciar su deseo. No fue un buen comienzo, pero ¿tendría un buen final? El destino les daría la oportunidad de reenco...