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Apenas salieron entraron los demás, había sido difícil, los días pasaron, pero, no saldría hasta después de Navidad, pero, al menos tuve la visita de Sanzu.

— Mi reina – sonreí un poco por ello.

— Dime Sanzu, ¿qué descubriste?

— Kisaki Tetta, había hablado con mi rey, mucho antes del problema de Moebius, el se encargó de convertir a Osanai en el comandante, pero, una vez que no le sirvió, lo desechó.

— ¿Crees que Hanma sea igual?

— Lo creo, además, hubo algo con Valhalla, al parecer, desde ahí ya estaban afiliados, no sé con que objetivo, pero, Kisaki, los quiere a los dos.

— Ya veo..., ¿qué hay de Muto?

— Está ansioso.

— ¿Ansioso?

— Es por su hermano mi reina.

— Entonces el también es parte de esto, bien, tienes una misión, sólo para ti, nadie debe saberlo, protegeremos al rey.

— Pero mi reina, usted...

— Conseguiré a alguien que me proteja, por el momento, quédate alado de Muto, si nos traiciona, ya sabes que hacer, había guardado esto desde hace mucho, eres al único al que le puedo confiar esto, triunfaremos.

— Mi reina... - le entregué ese regalo, aun sosteniéndola, se quitó el cubrebocas, mostrándome una sonrisa – los protegeré.

— Gracias Sanzu.

Había llegado años nuevo, tampoco pude salir, pero, me sentía mejor, más renovada, mamá también estaba igual, asique, luego de un par de días más, salí con mamá, estaría bien, por el momento, la pasamos hablando y riendo, Kazutora también vino con ella, ambos estábamos bien así.

— Mamá – ella me miró aun sonriendo - ¿hacemos pasta?

— Es una buena idea – de camino a casa, todo era normal, amaba a mamá, la amaba demasiado, Kazu también lo hacía, éramos una gran familia.

— ¿Qué hago con esto? – miramos a Kazu cargar una caja, la limpieza de año nuevo.

— Podemos abrirla, hay algo ahí que quiero mostrarles – nos sentamos en el sofá con ella frente a nosotros, apenas lo abrimos nos sorprendimos.

— Mamá, sabía que estabas en una pandilla, pero, este bordado es magnífico, ¿Quiénes eran?

— Éramos una pandilla en su mayoría liderada por mujeres, mi motocicleta en aquel tiempo era una nueva, apenas salió, la conseguí, no lleva muchos años, unos veinte, asiqué te servirá para otros años.

— ¿Ellas eran tus compañeras? – miré la fotografía que sostenía Kazu y me acerqué a verla – tenían un estilo muy diferente.

— En esos tiempos, era difícil, traer un vestido nos hacía ver femeninas, pero, era difícil pelear, asique nos la ingeniábamos.

— Mamá, ¿cómo conquistaste a papá?

— El perteneció a una pandilla de igual manera, ambas se enfrentaron, pero, en la suya, había varias perdidas, por eso no le gustaba recordar.

— Este es su sukeban, es raro.

— Para mi es bonito, si lo miras bien, es un pantalón, pero es muy ancho por eso se ve como un vestido.

— Eran buenos tiempos.

La pasamos viendo y escuchando cada una de sus historias, cada vez sabía lo que quería, asiqué, hice de una vez la reunión, yendo sólo con mi tapabocas, y claro, la sukeban de mamá, apenas comenzó todo, pasé al frente, mirándolos.

Esperanza - Manjiro Sano (Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora