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Esa noche, nos permitimos un respiro, nos dimos todos los mimos posibles, todo el cariño posible, no quería nada más..., no quería salir de mi lugar seguro, nuestros cumpleaños quedaron en el olvido, no supe que pasó ese día, pero, no era nada bueno.

— Reiko...

— ¿Qué sucede Kazu?

— Takemichi, empezó a buscarte – lo miré atentamente y asentí – yo..., me descuidé, y me vio.

— ¿Hablaste con él?

— No, sólo desaparecí de su vista.

— Bien, ya no hay nada que hacer entonces...

Salí de ahí, pronto empezaría la pelea contra Toman, la Kanto se haría más grande..., nuestro camino empieza a cambiar, me puse el sukeban de mamá, y llevé a Kakucho conmigo, llevaría a Izana conmigo, hasta el día de mi muerte...

La pelea comenzó, mirarlos desde arriba, y ver como todos peleabas, me recordaba a Tenjiku, los hermanos Haitani, Kakucho, iban siendo derrotados poco a poco, hasta que Pa llegó hacía nosotros, sujeté la chaqueta de Manjiro, dejaría que se haga cargo, no duró mucho cuando lo dejó inconsciente, asique era mi turno, primero lo primero, los más fuertes...

Llegar hasta los Kawata fue sencillo, dejarlos inconscientes, no fue tan sencillo, Hanma se haría cargo de Mitsuya y Chifuyu, yo me dirigía hacia Baji, escuchaba su conversación, escuchaba a Sanzu cerca, pero no lo veía.

— Mi primer regalo hacía Sanzu fue una catana – mi voz había hecho que se pongan a la defensiva – y su primera victima fue Muto, traicionó a Manjiro, me traicionó a mí, asiqué se lo pedí.

— Reiko...

— Es una lastima que Sanzu no esté cerca – subí sobre una de las cajas metálicas - ¡Sanzu! Encárgate de Kokonoi primero – escuché un grito de afirmación – ¡luego ve por Kazutora! – volví a escuchar su grito, asique bajé de inmediato – hace dos años, no hubiera podido hacerles frente, vamos, siempre fui más fuerte.

Pelear contra Kazutora me dañaba, dolía, asiqué, dejarlo inconsciente fue lo primero que hice, para luego ver a Baji, y acercarme a él, pero, Chifuyu había llegado, dejándolo en el piso, para seguir con Baji.

Cuando seguí mi camino, miré a Pe, asique lo golpee, proseguí mi camino con Hakkai, mirando de paso a los hermanos Haitani.

— ¿Vivir de la misma manera que mi hermano Izana? El no estaría en el piso descansando, ni mucho menos se hubiera dejado vencer – me arrodillé frente a ellos, tomándolos por el rostro – díganme, ¿la Kanto perdió?

— Si seguimos así, es muy posible – la voz de Ran hacía eco en mi cabeza.

— Ya veo, creo que pueden quedarse con Sanzu – seguí mi camino golpeando a algunos.

Miré a Senju en el piso, seguí mi camino, hasta llegar a Takemichi, pelear con Kakucho, me interpuse golpeando a Takemichi, pero es un hueso duro de roer, pero no imposible, asique lo sujete de la camisa, y lo golpee una contra el piso, para mirar sus piernas, y dejarlo inmóvil, sentí un golpe en mi cabeza, haciéndome caer, y haciendo levantar a Manjiro, miré al culpable, Kazutora, pero, no era mi problema, Baji seguía ahí, empezaba a cansarme de todo esto.

— Reiko, ¿estás bien? – frente a mí, la presencia de Manjiro se sentía mientras sujetaba mi cabeza y me miraba, para luego ver a Baji – la golpeaste, a pesar de todo, nunca llegué a golpear a una mujer, lo entiendes Baji.

— ¡Mikey! ¡detente! – el simplemente podía defenderse de lo que se avecinaba, mientras una línea de sangre caía aun lado de mi rostro – no puedo dejar que siga sucediendo esto, quiero salvarlos.

Esperanza - Manjiro Sano (Mikey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora