CAPITULO VIII: ROSE LIGHTS

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Jennie se encontraba en una cafetería almorzando con Irene y Nayeon

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Jennie se encontraba en una cafetería almorzando con Irene y Nayeon. Les había contado una pequeña parte sobre su problema con Jisoo.

Irene como siempre trato de darle los mejores consejos, su opinión ahora valía un poco más para la fotografía porque su amiga ya estaba en un matrimonio, y debería saber mejor cómo funcionan las cosas.

Mientras que Nayeon... era Nayeon, diciendo cualquier tontería, y jugando con la idea del matrimonio. Pero esta vez fue un poco más sutil que otras veces.

-¿Todo está bien, Jennie? - Jennie frunció el ceño, era la cuarta vez que Nayeon hacía la misma pregunta.

-¿Si...? te lo dije hace un momento, como cuatro veces en realidad.

-¿Qué te pasa, Nay? - Irene le preguntó con una sonrisa llena de burla.

-Nada, solo... no sé, nunca discutes con Jisoo. Eso es preocupante.

-No viste cómo hizo su berrinche en el mar el día de mi boda.

-¿Por qué me mandaron a dormir temprano ese día? - cruzó sus brazos con molestia.

-Porque estabas diez veces más borracha que Jennie, no te iba a exhibir en mi boda, con la familia de Seulgi ahí, ¿qué iban a pensar?

-Que tienes una linda amiga y muy divertida por cierto.

-A las dos - Jennie intervino.

-Idiotas. Y tú, -señaló a la fotógrafa - me las vas a pagar en tu boda. Y a ti, - esta vez señaló a la otra castaña - no te digo nada por ahora, porque estás lejos de querer sentar cabeza. ¿No piensas hacer nada al respecto, Nayeon? - La mencionada la miró confundida.

-Nah, estoy bien así. Imagínate parecer señora como tú, o tener problemas maritales como Jennie, no gracias.

Irene la miró indignada.

-¡No parezco señora!

-¡No tengo problemas maritales! Es un... desliz.

-Claro que lo es... Esperemos. - Bebió su café.

...

Decir que la tailandesa estaba preocupada era poco, estaba realmente aterrada, Rosé no se había comunicado con ella, ni siquiera una llamada, estaba dando vueltas por toda la habitación dispuesta a salir a buscarla.

Se encontraba a unos pasos de la puerta cuando escuchó suaves golpes, se acercó rápidamente con la esperanza de que fuese Rosé y en definitiva era ella. La cuestión es que no venía sola, una pelirroja la sujetaba de la cintura, ayudándole a mantenerse en pie.

-¡Lisa! -una rubia sonriente prácticamente se lanzó a los brazos de la tailandesa- Te extrañe mucho- abrazo la cintura de Lisa con fuerza.

-¿Rosie? ¿Estás bien? -Hace unos minutos estaba molesta y preocupada, pero ahora que Rosé está con ella nada más parece importar-. Debes dormir un poco.

NO TIME TO BURN | CHAELISA/JENLISA/JENSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora