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15 Días antes de la boda.
Estos días han sido un poco o más bien demasiado extraños, esta aparente "calma" está perturbando mucho a Jisoo, repentinamente muchas cosas están cambiando, Jennie llega más tarde a casa, la mayoría del tiempo está trabajando o con Nayeon y Jisoo lo entiende, pero lo que no termina de comprender es su reciente desinterés en la boda, en cosas que antes disfrutaban hacer juntas, es como si la castaña tratará de evitarla a toda costa.
—¿Tienes planes para hoy? —preguntó la diseñadora una vez que Jennie salió del baño.
—Oh, bueno... Nayeon necesita de mi presencia — Caminó en dirección al enorme armario, en busca de una pieza en especifico.
—¿Tardas mucho? —Justo en ese momento Jennie terminó de vestirse.
Un vestido corto, ligeramente ajustado en color salmón, que si bien no era una pieza completamente elegante tampoco era casual.
—Ohh —Jisoo debe admitir que la castaña se ve increíble, aunque no es muy común que Jennie use vestidos —Te ves hermosa...
Jisoo se acercó a Jennie para colocar sus brazos en el hombro de la castaña.
—¿Solo hoy?
—Todos los días —besó los labios de la fotógrafa con suavidad— Sabes... ¿Qué tal si nos olvidamos de Nayeon y te quedas conmigo?
—No puedo cancelar de último momento... Además, tú tenías planes con Seulgi... ¿no?
Jisoo suspiró derrotada antes de robarle un último beso a Jennie.
—Tienes razón... Por cierto, ¿esto es nuevo? —preguntó refiriéndose al vestido— Es lindo, pero no lo había visto.
—Acabo de comprarlo —respondió la castaña mientras tomaba sus cosas —Te veo en un rato, cariño.
—Cuidate... — Y entonces Jennie desapareció de su campo de visión.
...
—¡Mueve tu trasero! Se nos hace tarde —grito Seulgi desde el auto.
—Creí que iríamos caminando —dijo la diseñadora una vez que entró al auto de su amiga.
—¿Quién camina cuando tenemos un auto?
—Lo que pasa es que eres demasiado perezosa —Jisoo sonrió al ver la reacción de su amiga.
—Como sea, ahorita que estemos en el festival caminarás todo lo que quieras.
Y tal como lo había dicho Seulgi, una vez que llegaron al dichoso festival de los cerezos, caminaron un buen rato, con tranquilidad, observando detenidamente cada estación. El clima era perfecto, no soleado, pero tampoco al borde de colapsar en lluvia.
Muchas cortezas de color rojo oscuro, ramas robustas, hojas caducas y flores perfumadas, todo esto era lo que más resaltaba a la vista.
"Al igual que los pétalos de cerezo caen, miles de vidas son arrojadas por el umbral de lo efímero, de bellezas pasajeras, manchadas de temporalidad. Es el renacer, significa transformarse una y otra vez"
