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Jisoo llevaba horas limpiando y tirando cualquier cosa que le recordara a Jennie, odiaba estar en su propia habitación o en su estudio porque era el lugar que más le recordaba a la castaña, sin embargo, estuvo haciendo un montón de compras para cambiar sábanas, almohadas, parte de la decoración.
Quizá debería mudarse, quizá lo mejor sería irse de la ciudad, pasar una temporada fuera del país no sonaba tan mal, la colección estaba casi terminada, Rosé podría concluir el trabajo, todos podrían seguir adelante sin ella. Demonios, inevitablemente esos pensamientos la llevaron de nuevo a Jennie, al momento en el que la castaña le sugirió irse, dejar todo, pero Jisoo jamás imaginó las razones, pero ahora todo tenía sentido.
FLASHBACK: TRES MESES ATRÁS.
En definitiva, Jennie no estaba prestando atención a la película que se reproducía en pantalla, su mente nadaba en una inmensa marea, pensando en que probablemente acaba de condenar su relación, no importa lo tranquilos que fuesen los latidos de Jisoo, porque la castaña sentía en cualquier momento todo podría desaparecer y eso la aterraba.
—Chu... —levantó un poco su rostro para que su mirada se encontrara con la de Jisoo— Siempre vas a estar conmigo... ¿verdad?
La diseñadora un poco extrañada por el comentario de Jennie, rápidamente se incorporó para quedar frente a la castaña.
—¿Por qué preguntas eso? —No era una pregunta muy común, Jennie había preguntado cosas así antes, pero jamás con esa expresión triste en el rostro— Es por el viaje...
—Solo promételo... Por favor. —En definitiva no era una petición o sugerencia.
—No tienes que preguntar eso. —cuidadosamente sus dedos se deslizaron por los castaños cabellos
—Jisoo, dilo... —Ahora la expresión de Jennie era un poco más divertida lo cual tranquilizó un poco a Jisoo.
—Bien, tú ganas. —se acercó un poco más a Jennie— Lo prometo.
Quizá fueron demasiadas emociones contenidas porque Jennie rápidamente se aferró a Jisoo, suspirando con un poco más de tranquilidad, prometiendo internamente lo mismo, permaneciendo unos minutos más en silencio.
—Quiero vivir en España. —dijo Jennie débilmente escondiendo aún más su rostro en el cuello de Jisoo—.
—¿España? Eso es un poco inesperado y repentino...
—Tomemos unas vacaciones, yo solo... Quiero pasar todo mi tiempo contigo, solo nosotras.
La pelinegra abrazo aún más fuerte a Jennie al escuchar lo temerosa que sonaba la voz de la castaña.
—Lo haremos, no tienes nada de qué preocuparte. —Jisoo se separó un poco para mirar a Jennie, era una de esas veces en las que podía perderse en esos hermosos ojos marrones. —No iré a ningún lado... Es una promesa.
