capitulo 17

4.1K 288 7
                                    

Al salir del trabajo he pasado a hacer la compra, jamás la hago entre semana porque estoy demasiado cansada, pero si Valentina viene otro día no quiero que encuentre los armarios vacíos.

Joder con Valentina, no recuerdo haberme sentido tan viva al lado de alguien creo que desde la adolescencia.

Después de colocarlo todo y darme una ducha rápida, me dispongo a retomar viejos hábitos y decido que es un buen momento para salir a correr un poco y comprobar en qué lamentable estado de forma me encuentro. Si lo sé no me ducho primero.

Me recojo el pelo, me pongo un pantalón de chándal y una sudadera y cuando voy a salir me encuentro con Valentina plantada en la puerta.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto con el pulso tan disparado como si ya hubiese hecho ejercicio.

Ella me mira de arriba abajo con las cejas alzadas y da un paso hacia mí.

—Me acabas de poner muy cachonda vestida así.

Joder, ¿en serio le basta una frase para hacerme palpitar de desesperación?

— ¿A dónde vas?

Sus ojos vuelven a recorrer mi figura con lascivia y yo suspiro tratando de contener tanta excitación.

—Iba a salir a correr un poco.

— ¿Desde cuándo corres? —pregunta aguantándose la risa.

—Iba a empezar ahora—bufo fingiendo estar molesta.

—Eso tendrá que esperar.

Valentina me empuja hacia el interior y cierra la puerta.

—He recordado algo y sé cómo podemos descubrir quién te está jodiendo.

—Vaya, y yo pensando que ibas a follarme—admito decepcionada por mucho que me alegre lo que acaba de decirme.

Entre el calentón de esta mañana y el que tengo ahora, creo que voy a sufrir un ataque al corazón como no ponga remedio.

—Y te follaré—me susurra antes de morder mi cuello—pero tenemos la oportunidad de saber ahora quién es ese hijo de puta.

No sé por qué, pero saber que después por fin me saciará, me alivia un poco y me deja pensar en algo que no sea la ansiedad que hay entre mis piernas.

—Está bien, pero cumple tu palabra, por favor—le suplico.

— ¿Tan mal estas? —se ríe la muy capulla.

—Ni te lo imaginas—confieso con los ojos en blanco.

—Está bien—dice a la vez que me toma y me pega de espalda a la pared.

Su mano se cuela bajo mis pantalones antes de que me dé cuenta y sus dedos se empiezan a mover con agilidad y dulzura por todo mi sexo volviéndome loca de gusto.

—Creí que habías dicho después—jadeo haciendo bailar su melena.

—Te necesito con la mente despejada, y si estás cachonda solo piensas en una cosa—susurra introduciéndose dentro de mí.

—Oh, joder, Val—jadeo a punto de correrme.

Es increíble lo poco que necesito para llegar cuando estoy con ella.

—Uno rapidito para que te relajes y luego te prometo que haremos cosas más interesantes.

Y con eso me basta, un par de frases subiditas de tono y sus dedos jugando en mi interior y me corro tan rápido que hasta me mareo un poco.

Valentina me sujeta a la vez que se ríe y besa mi mejilla, mientras tanto, yo trato de recuperar la dignidad lo antes que puedo.

—Gracias, lo necesitaba—le digo todavía jadeante.

SEDUCIDA POR LA DOMINANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora