Todo lo que tiene Tristan Everly lo ha conseguido con esfuerzo, y al parecer, su nombre seguirá en lo alto de Hollywood y de la industria musical por muchísimos años más. Los medios y el entorno lo aman, y aquello facilita cada paso que da.
Dominic...
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Dominic
Era una de las canciones más esperadas por los fans por dos motivos en específico: tenía la letra más caliente y con Tris aprovechábamos la ocasión para tener interacciones que les enloquecían.
Caminé hacia él y me acerqué a su micrófono para que cantáramos juntos. Nuestras bocas casi se rozaban debido a nuestros movimientos y los gritos no tardaron en intensificarse. Y entonces, fue el turno de su solo de guitarra. Me paré a sus espaldas, lo rodeé con mis brazos y fui yo quien se encargó de tocar las notas mientras él reía y recargaba su cabeza en mi hombro, empujando las caderas hacia adelante para darme un mejor acceso al instrumento. La audiencia quedaría sin voz al día siguiente.
Cuando acabé, volví frente a Tris para poner mi micrófono entre los dos. Cantamos con nuestras frentes apoyadas, mirándonos a los ojos y sonriendo debido al efecto que causábamos. No me alejé sin antes besar su frente. Un gesto demasiado tierno para lo que habíamos estado haciendo.
Desperté desorientado y con los primeros rayos de sol pegándome en el rostro; había olvidado cerrar las cortinas. Me costó reconocer que estaba en una habitación del hotel en el que me había dejado Tris luego del concierto al que fuimos.
Hundí la cara en la almohada, soltando un grito de frustración. Nunca soñaba con Tris, ni siquiera cuando estábamos en la misma banda y pasábamos más tiempo juntos.
Lo peor era que aquello correspondía a un recuerdo plantado en un sueño. Ese concierto había sucedido hace años, no tenía ningún sentido estar pensando en ello. ¿Acaso nuestras nuevas interacciones eran las culpables?
Tomé el teléfono de la habitación y solicité el desayuno. Mis días no podían comenzar bien si no obtenía una comida completa por la mañana, y la necesitaría, sobre todo porque teníamos reunión agendada con Caleb.
Mientras desayunaba, entré a las redes sociales para ver el revuelo que habíamos causado con nuestro beso. El vídeo se repetía de una cuenta a otra, y por cada pestañeo, las reproducciones incrementaban considerablemente.
Di un par de likes a tweets de fans que me entregaban su apoyo. Nada muy obvio, solo escogí aquellos que eran ambiguos, pues aún no era momento de confirmar nada.
Hasta que me encontré con un hilo titulado «Mi teoría acerca de Dristan». Tenía miles de likes, consiguiendo muchísimo alcance. Lo abrí porque necesitaba informarme para planear los siguientes pasos que debíamos dar.
La chica decía que antes de presentar su teoría, a modo de introducción debía incluir algunos de los momentos que habíamos vivido en la banda y que provocaron que los fans comenzaran a relacionarnos románticamente en aquella época. Daba ejemplos de la tensión sexual que percibían entre nosotros; miradas cómplices; el contacto físico constante, por muy mínimo que fuera; cuando elegíamos ciertas frases de las canciones para cantárselas al otro en el escenario; y el hecho de que tuviéramos una relación tan diferente en comparación con el resto de los integrantes.
