Final

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―Vamos, Harods, no estés triste. El tiempo cura las heridas.

Chocó su botella de cerveza con la del rizado y le dio un sorbo. Harry había formado una sonrisa ladina muy apagada mientras intentaba ignorar el ruido de las demás personas que festejaban el recién divorcio del hombre.

―Y bueno, ahora que estás divorciado, ¿crees que puedas darme su número? —preguntó uno de los presentes.

Harry no cambió su postura, aunque ahora su rostro reflejaba seriedad, enfado y algo así como: «¿acaso quieres joderme?». El beta vio ese rostro e inmediatamente se disculpó con la mirada, guardando su celular y levantándose, no sin antes palmear un poco su espalda.

Dejó su cerveza en la mesita de centro, sólo así pudo percatarse de un brillo peculiar que sobresaltaba debajo de la cama que nunca volvió a acomodar después de que se fuera de su departamento. Fue hacia ese objeto y, tomándolo, se sentó sobre la cama, admirando el portarretrato de la foto del faro en el lugar donde Louisle aseguró una vez que había sido totalmente feliz.

Sonrió de triste y de lado. Louis había olvidado su foto.

🎰💰🎲

―Felicidades, Louis, quedarás a cargo de los bocetos de ahora en adelante.

Tres días divorciado, y ya había conseguido aquel puesto que tanto deseaba. Recibió los vívidos aplausos de sus compañeros y la mirada asesina de Gwyneth mientras se levantaba y apretaba la mano de Richard, sonriendo muy grande ante tal respuesta.

―Gracias, señor. No lo defraudaré —dijo el castaño, no mostrando su mejor sonrisa.

Banger sonrió muy grande y caminó hacia sus colegas a platicar sobre las telas que llegarían en unas horas, hasta que Louis lo llamó con una voz preocupada.

―Richard, lo voy a defraudar —el beta lo miró, un poco sorprendido―. ¿Por qué no se lo da a Charles? Ella es buena en esto también y se lo merece. Además creo que disfruta de sobre ser miserable.

Gwyneth asintió, chocando su mano contra la mesa, lanzando un gran «sí» en respuesta moviendo su cabeza al compás.

―¿Segura que sabes lo que haces?

―No ―respondió al instante la chica―, pero creo que ese es el punto. ¿Y sabe por qué? Porque prefiero no hacer nada y ser feliz, a hacer algo que no me apasiona.

Recogiendo varios papeles y su pequeño portafolio, se dispuso a salir del lugar, no sin antes felicitar a la omega tocando su hombro y sonriéndole levemente, cosa que ella respondió con otra sonrisa.

―Bah, me perdí a la mitad. No sé qué rayos quiso decir ―respondió el chico sentándose en su lugar correspondiente como jefe―. ¡Felicidades, Charles!, el puesto es tuyo.

Ella gritó feliz mientras comenzaba a aplaudir irónicamente. Desgraciadamente, fue la única que lo hizo ya que todos la veían un poco decepcionados. Al sentir la mirada ruda sólo le quedó detenerse y reacomodarse en su asiento.

―Gracias por ello, jefe.

🎰💰🎲

―¿Qué crees, cariño? ―preguntó Robin mientras se servía un poco de comida y se sentaba en la mesa junto a su omega y su cachorro―. Harry hizo un mueble ―continuó Robin mirando al rizado, orgulloso―, y lo terminó.

Harry rodó los ojos. Perfecto, hora del sermón.

―¿Y? Dime qué defecto tiene.

―No tienen ningún defecto ―lo interrumpió embarrando el cuchillo contra la mantequilla y pasándolo en el pan tostado que tenía―. Es perfecto y has hecho un buen trabajo, cachorro.

LOCURA DE AMOR EN LAS VEGAS (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora