Capítulo 2

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"Apoyo laboral"

Gracias al cielo ha terminado el día escolar.

Podré descansar de las tareas, despertar tarde, quedarme en pijamas todo el día, la perfección en un solo día. Aunque sean solo dos días, los disfrutaré como no tienen idea.

Abrí la puerta del apartamento con un leve empujón y me sorprendí al sentir el aroma de comida recién hecha. Me cambié los zapatos por pantuflas, me acerqué cautelosamente y encontré a mi madre moviendo la olla con un cucharón de bambú.

—Hola madre, que raro verte hoy aquí.

—Yo también me alegro de verte aquí, gracias —se giró y me miró con una sonrisa burlona, me acerqué y nos dimos un abrazo.

—Me alegra tenerte aquí.

—Al igual que a mí. En el trabajo me dieron el día, a cambio de ir mañana.

—Vaya...

—Pero no te emociones ¿eh? —Soltó una risa—, además, podrás irás conmigo.

—¿Qué?

—El jefe sale mañana de la ciudad y nos han permitido llevar otra mano para finalizar antes y podamos salir temprano.

—Con tal de que salgas temprano yo te ayudo.

—Asombroso. Ahora vamos a comer antes de que se enfríe, pon la mesa.

—A sus órdenes.

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—¿Y qué se supone que haré yo?

—Te explicaré —contestó mientras pasaba una identificación para poder abrir la puerta y me dejó pasar primero— Yo me encargaré de verificar todos los trabajadores estén haciendo su trabajo, revisaré que todas las maquinas estén bien. Y tú me ayudarás a verificar que el pedido venga completo, ven.

Caminamos por un pasillo y mientras ella saludaba a todos a su alrededor, yo miraba con atención todo. Llegamos a una gran bodega con grandes máquinas y cintas transportadoras, justo donde pasaban las cajas. Múltiples trabajadores estaban muy concentrados en su puesto que el único ruido provenía de las máquinas. Seguí a mi madre y nos detuvimos frente a una cinta, de lado había una mesa de metal con unas hojas y demás útiles de papelería.

—Bien. A tu derecha tienes muchas hojas, todas tienen un número de orden diferente, cuando se posicione una caja frente a ti deberás checar la orden y verificar que esté correcta, y cuando sea así la cerrarás con esta cinta, pero en caso de que falte algo, hay un pequeño botón rojo debajo de tu mesa y yo vendré a ver qué hace falta para proporcionártelo y pueda ser enviado. ¿Alguna duda?

—Ninguna, madre.

—Perfecto, gracias por ayudarnos —besó mi cabeza y se alejó.

Desde lejos empecé a seguir la caja con la mirada que cada vez se acercaba más a mi puesto y cuando fue mi turno se detuvo, siguiendo las indicaciones de mi madre.

—¡Buu!

Solté un grito y algunos me miraron, les pedí perdón y me volteé a ver al culpable. Me sorprendí aún más cuando me di cuenta que no era mi madre, sino un chico más alto que yo, su cabello castaño caía por su frente peinado de un lado, una sonrisa muy amplia que marcaba sus labios carnosos y una vibra muy alegre. Usaba un suéter tejido blanco y sus vaqueros claros. Todo en él radiaba pureza y felicidad.

—Eres la hija de la señora Hee, ¿no?

—¿Cómo sabes?

—Tu madre me dijo, vengo a ayudar también.

𝐩𝐡𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐩𝐡 || kim taehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora