𝐩𝐡𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐩𝐡 || kim taehyung

Capítulo 14

"Muérdago"

Mi tía me miró y solo evité su mirada, que ni crea que me sacará información solo con verme. Caminé con Taehyung y me senté a su lado, y entonces vimos como mi abuelo se puso de pie.

—Bueno, ahora que ya regresaste, tu abuela y yo tenemos un regalo para ti.

—¿De verdad? —pregunté con una sonrisa.

—Claro, toma —tomó una bolsa grande del árbol y me la extendió.

—Gracias —los abracé a ambos y al abrirla pude ver mucha ropa muy bonita.

—Bueno, ahora que mencionan los regalos yo también traje uno —comentó Hwan—. Hobi.

Hoseok se hizo a un lado para tomar una bolsa de regalo que estaba a un lado del sofá para entregársela a su padre. Él la tomó y se puso de pie, acercándose a mi madre. Hoseok y yo no tardamos en abuchearlos y ellos se sonrojaron. Mi madre tomó el regalo y se volvió a sentar para abrirlo, unas botas altas muy bonitas habían salido de esa caja y mi madre se emocionó mucho.

—Que lindo el amor —susurró Taehyung.

Lo miré de reojo y sonreí.

—Lo sé.

Regresé mi mirada a mi madre pero pude sentir que Taehyung me seguía mirando pero de reojo, cuando de pronto siento su brazo sobre mis hombros. De inmediato sentí mis mejillas colorarse e intenté no demostrarlo, pero al ver en el sofá de enfrente a Hoseok haciéndome un gesto pícaro, perdí.

Y desde aquel día que Hoseok me había hecho la teoría de que yo podría gustarle a Taehyung, no pude sacármela de la cabeza, y aunque intentaba no creerlo, sus actos llegaban a cuestionarme. Y sería increíble que sea cierto, a excepción por la parte de que también le guste Angeline, ya que ella tiene una ventaja muy alta al ser más bonita que yo y si hubiera que tomarse una decisión, Taehyung elegiría a Angeline.

—¿Quieres algo de tomar? —pregunté, dando un rápido vistazo a Taehyung.

—¿Qué tienes?

—Si quieres algo caliente tenemos chocolate bl-

—Sí, definitivamente sí.

Solté una risita y me puse de pie, Taehyung me siguió y caminamos hasta la cocina, teniendo un momento a solas.

—¿Y le has escrito a Angeline?

—¿Te digo algo? —tomé la taza y asentí—. Ni siquiera tengo su número.

—¿Y eso?

—Pues nunca se lo pedí —rio—. Pero bueno, no quiero hablar de ella ahora, mejor cuéntame como fue que escogiste ese vestido tan bonito.

Y ahí iba una razón por la que luego sentía que su teoría era cierta.

—Eh, bueno, en realidad me lo regaló mi madre pero jamás me lo puse, siempre lo vi muy navideño y pues, es navidad —solté una risita mientras servía el chocolate caliente sobre la taza.

—Tiene lógica —también rio.

—¿Y tú por qué no estás usando lentes? ¿Los perdiste?

—No, cambié para usar de contacto.

—¿Entonces se acabó mi Tae con lentes?

—No, si a ti te gusta podrías verlo más seguido —se rascó la nuca y cuando le extendí la taza la tomó.

—La realidad es que de las dos formas te ves lindo —dije, evitando el contacto visual mientras sentía mis mejillas arder.

—Gracias.