𝐩𝐡𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐩𝐡 || kim taehyung

Capítulo 12

"Galletas"

La semana de exámenes pasó y todo el estrés que estaba sintiendo se desvaneció cuando entregué aquel papel que tanto calificaba mi semestre. Ahora era jueves, mi cuarto día de vacaciones y ya había hecho todo lo que quería, por lo que comenzaba a aburrirme, hasta que vi un tutorial en YouTube de unas galletas de jengibre, por lo que compré los ingredientes y me puse a hacerlas en lo que escuchaba canciones navideñas, al fin, quedaban solo 4 días para Nochebuena.

Tenía pensado darle las galletas a los Kim, por lo que puse más esfuerzo y deseando que me quedaran bien. Seguí cada paso y mientras colocaba la harina, tocaron el timbre, por lo que di un grito al ver que había caído un poco más de lo que tenía que ponerse.

Y mi madre como no estaba en casa, me quité los guantes y me acerqué a la puerta para mirar por el picaporte a Hoseok, de inmediato le abrí la puerta.

—¡Hobi! ¿Qué haces acá?

—Al ser vacaciones me dieron permiso de salir, y pues sabía que estarías aquí encerrada, por lo que vengo a molestar un rato.

—Pasa —me hice a un lado y una vez que entró, cerré la puerta.

—¿Qué hacías?

—Galletas.

—¿De verdad? —caminó a la cocina y vio todo el desastre que tenía—. Vaya..., ¿y qué te dio por cocinar galletas?

—Lo vi en internet.

—¿Y me darás una?

—Tal vez.

—¿Te ayudo con algo?

—No, creo que ahorita estoy bien —respondí mientras me lavaba las manos para seguir con el procedimiento.

Hoseok se sentó en una silla de la cocina y miró su celular, de pronto se empezó a escuchar música de su dispositivo y me miró, cruzando sus piernas.

—¿Has visto a Taetae?

—¡Hey! Ya te dije que no le digas así.

—No es mi culpa que me hayas dado un cuaderno con ese nombre y corazones alrededor, porque honestamente, ¿qué clase de nombre es ese?

—Tenía trece años cuando lo hice, no me juzgues —recalqué mientras empezaba a revolver.

Hoseok soltó una carcajada—. Pero ni creas que me voy a olvidar de ese apodo.

—Con tal de que Taehyung no lo sepa estamos bien.

—Bien, solo si me das una galleta.

—Sí —respondí.

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—Listo, ahora solo tengo que esperar para que se horneen —coloqué mis manos en la cintura y miré a Hoseok—. ¿Quieres hacer algo?

—Vamos a jugar videojuegos, traje mi consola.

—¿Qué juegos tienes?

Hoseok soltó una carcajada y tomó su mochila que estaba en el suelo para sacar múltiples cajitas con discos de distintos juegos—. ¿De cuál no?

Reí—. Bueno, vamos a conectar tu consola.

Nos acercamos a la sala y entre los dos empezamos a conectar su consola para configurarla mientras nos tumbábamos en el sofá. Como primer juego puso uno de baile, después de carreras de auto, donde Hoseok demostraba el tiempo que pasaba jugando en su casa.

—¡Bum! ¡Gané! —grité cuando apareció en la pantalla que era el primer lugar.

—Te dejé ganar —comentó y comencé a hacerle burla—. En serio, ¿quieres una segunda ronda?