Capítulo 13

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— ¿Qué piensas, Lenny? —Observo a la señora Lynch, luego observo la decoración computarizada.

—Me parece bien, pero siento que las cortinas en los costados están demás. Estaría mejor si las dejáramos como habíamos quedado al principio —La señora Lynch me observa minuciosa.

La idea de las cortinas en los costados fue de ella, y si algo sé a la perfección es que a la madre de Jeremy no le gusta que la contradigan.

Pero las cortinas no se ven bien en los costados.

—Uhm, tiene razón, es demasiada decoración. Además, tenía previsto ubicar a la orquesta del lado de las escaleras, y con las cortinas ahí no se distinguirá —respiro paz al ver que mi opinión no le incomodó.

Eso era algo que no se veía todos los días.

— ¿Almuerzas con nosotros, Lenna? 

—Me encantaría, señora, pero ya quedé con un amigo para almorzar.

—No hay problema. Por cierto —coge su bolso y comienza a buscar dentro de éste hasta sacar un paquete de lo que parece cartulina enrollado en un listón rojo —. Estas son las invitaciones, van tres que son tuyas, puedes invitar a quien quieras, y esta es para tus padres y tus hermanos, están cordialmente invitados —me extiende otra invitación con el nombre de mi familia.

—Gracias, Josie

Me despido de la señora Lynch y su equipo, salgo de la oficina y camino hasta el elevador para ir hacia el primer piso.

Mi teléfono suena y lo saco de mi bolso.

¡Bonjour ma soeur! — Cierro los ojos y contengo una risa al escuchar el fatal acento de mi hermana.

—Le dije que tiene que practicar su acento y me ignoró, je suis désolée —no pude seguir conteniendo la risa, pero no quiero parecer grosera, así que una risilla sale de mí.

—Leah, no hables francés hasta asegurarte de tu acento, serías una vergüenza para los franceses —bromeo.

—Soy inglesa, no francesa, ellos se pierden de ser conquistados con mi hermoso acento británico —eso es algo que Claire diría.

Creo que Leah ha pasado demasiado tiempo con Claire.

—Bueno, ¿a qué debo su llamada? —Salgo del elevador y camino por el pasillo y la recepción para llegar al estacionamiento.

—Queríamos saber cómo te había ido con la señora Lynch.

Uh-huh.

—Ya —volqueo los ojos y presiono el botón de seguro del auto.

—Bueno, queríamos saber si ya estabas con Harry —confiesa mi hermana.

Cotillas, eso es lo que son.

—No, justo voy saliendo de la oficina de la señora Lynch, veré a Harry en el restaurante en el que quedamos.

—Avísanos cuando estés con el sexy británico —la picardía en el tono de voz de Claire no pasa desapercibida.

—De acuerdo pequeñas cotillas, las veo en la noche. Por cierto, ya tengo las invitaciones para la fiesta de la señora Lynch, así que Olivia y Claire ya están oficialmente invitadas.

— ¿Y yo qué? —Exclama Leah con total indignación.

Acción que me hace rodar los ojos y soltar una pequeña risita. Abro la puerta del auto y dejando mi bolso en el asiento del copiloto, me adentro en él y cierro la puerta poniendo el seguro e introduciendo la llave en la cerradura, pero no enciendo el auto aún.

Luz de NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora