Capítulo 8

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Llegué a la cafetería con cinco minutos de retraso.

Estaciono el auto en las afueras de la cafetería, me bajo del vehículo y acomodo mi abrigo y mi gorro de lana antes de caminar hasta el establecimiento.

Al abrir la puerta las campanas arriba de ésta repican, me adentro en la cafetería y con la mirada busco a Harry. Lo identifico en una de las mesas al fondo del establecimiento.

Camino hacia él y con cada paso que doy mi corazón se acelera.

—Hola —saludo con una sonrisa apenada por el pequeño retraso —. Lamento el retraso.

—Cinco minutos no es la gran cosa —él sonríe y pierdo la respiración por un momento —. ¿Cómo estás?

Me deslizo por uno de los asientos hasta quedar frente a él.

Viste una camisa manga larga color negra con cuello de tortuga, a su lado tenía una gabardina de lana parecida a la que usaba el día que nos conocimos. Su cabello castaño un poco revuelto, en su rostro había un leve rastro de barba sin afeitar, y ni hablar de sus ojos.

Creo que tengo una pequeña adicción con sus increíbles ojos.

—Dentro de lo que cabe, bien. ¿Y tú? —Harry estira sus manos sobre la mesa y expira con pesadez.

—Hay días buenos y días malos, pero creo que lo importante es estar vivo, supongo —una pequeña sonrisa se desliza sobre mi rostro.

Harry parece notarlo y sonríe de igual forma.

Una de las meseras de la cafetería se acerca a nosotros, noto como ésta se queda observando a Harry por largos segundos, claro que Harry es demasiado amable como para decirle algo. Por el contrario, me observa y luego de unos escasos segundos de intercambios de miradas, se aclara la garganta y con una pequeña sonrisa me pregunta:

— ¿Qué se te antoja? —Le doy un rápido vistazo al menú, cuando identifico lo que quiero, me giro hacia la camarera que con amabilidad, me sonríe como si no se hubiese estado comiendo con la mirada a mi cita.

—Un latte y un brownie.

—Que sean dos brownies y para mí un café negro —la chica anota nuestro pedido en su libreta.

Le da un último vistazo a Harry y con una sonrisa se retira.

Que desagradable servicio.

—Así que, Lenna Harper. Cuéntame sobre ti —me remuevo en mi asiento hasta acomodarme mejor, me despojo de mis guantes de lana y los dejo sobre la mesa.

Me aclaro la garganta y pienso bien en las cosas que quiero que él sepa sobre mí.

—Uhm, qué tal si mejor hacemos una ronda de preguntas y respuestas, creo que es más fácil y así decimos las cosas que el otro quiere saber —nunca fui buena relatando mi vida.

Harry lo piensa un momento.

—Está bien, creo que es un buen método. Yo primero, ¿Cuántos años tienes?

—Veintiuno, ¿tú?

—Veintidós —un año de diferencia.

—Mi turno —pienso unos segundos qué quisiera saber de él —. ¿Color favorito?

—Verde —responde sin titubeos.

Como sus ojos.

Irónico, ¿no crees?

Azul.

La camarera llego de nuevo esta vez con nuestras bebidas y los brownies. Vuelve a mirar a Harry pero éste seguía sin prestarle atención, al contrario, me entrego mi café y mi porción de brownie, luego retoma la dinámica haciendo que la camarera se fue al notar su desinterés.

Luz de NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora