HARRY
Le echo otro vistazo al boceto, entrecierro los ojos para detectar algún defecto, sonrió satisfecho al no encontrar ninguno.
Coloco el lienzo en la base y caminó hasta cruzar la habitación en busca de las pinturas. Con este cuadro completaría la colección y estaría lista para subastarse.
—Ya debo irme, Harry —Emma abre la puerta de mi estudio y Lily aparece debajo de ella.
—Yo me encargo del monstruo —señalo mientras me acerco a mi sobrina y la cargo en mis brazos.
—Volveré más tarde —me acerco a ella y deposito un beso sobre su frente.
—Cuídate —ella besa sobre la mejilla a Lily y desaparece de la habitación por la puerta.
— ¿Podemos decorar? Prometiste que lo haríamos hoy —Observo a la niña con los ojos entrecerrados.
Sé que esas palabras nunca salieron de mi boca, pero Lily al igual que su madre, tiene una astuta forma de convencer a las personas.
Por supuesto que yo no soy la excepción.
—Sólo si prometes que luego ordenarás tu habitación —Lily hace un puchero en forma de reproche y de mala gana termina accediendo.
La única razón por la que ayudo a decorar la casa para esta época, es por Lily. De ninguna forma dejaría que mi sobrina sufriera la falta de espíritu Navideño que yo tengo.
No tengo nada en contra de la Navidad, pero no hace más que traerme amargos recuerdos que al menos una vez en la vida, quisiera que no existieran.
Los últimos tres años han sido un poco duros para mi hermana y para mí. Sólo hemos sido ella, Lily y yo.
— ¡Tío Harry! Esa esfera no va ahí —reprimo una risa al ver la seriedad en el rostro de Lily.
Me recuerda mucho a su madre cuando tenía su edad.
—Pero ahí se ve bien —ella niega con su cabeza varias veces.
—No, tiene que ir más arriba, junto a la roja —señala con su pequeño dedo la esfera roja a mi izquierda.
Sin mucho drama, quito la esfera de donde la había puesto y la recoloco en el lugar que mi sobrina me indica.
Emma se embarazó de Lily a los quince años, mamá se enfureció con ella a tal punto de no dirigirle la palabra por un largo tiempo, incluso antes de que se fuera no volvió a hablarle, sólo tuvo el descaro de dejarle una nota diciéndole que Emma sería una mejor madre de lo que ella lo fue para nosotros.
Ridículo.
Lily nació unos meses después de la muerte de mi padre, cuando me mudé a Greenwich me dolió el alma dejar a Emma sola con Lily, aunque la abuela hubiese tenido la buena voluntad de cuidar de mi hermana mientras yo me iba a estudiar. Mi beca en Greenwich ya estaba preparada, y aunque hubiera dado lo que fuera por haberme quedado con mi hermana, fue ella misma en persona que me obligó a subirme al avión. Regresé a Londres el año pasado, justo para el cumpleaños número tres de mi sobrina.
Ellas dos son lo único que me queda.
— ¿Crees que este año Santa me concederá mi deseo? —La observo comer el pastel de pollo que hice para el almuerzo, en la comisura de su boca tiene varias hilachas de pollo.
— ¿Y cuál es tu deseo este año? —Indago mientras con una servilleta de tela limpio su rostro.
Ella rueda los ojos como si la respuesta fuera tan obvia, su gesto me hace gracia ya que lo heredó de su madre.
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Luz de Navidad
RomanceNavidad, época del año que para muchos es sinónimo de alegría, compartir y pasar tiempo en familia. Pero para Lenna tiene un significado diferente. Lenna había pasado por un año lleno de obstáculos por derrotar, heridas por sanar y recuerdos que tod...