|EL DETECTIVE, EL MAFIOSO Y EL DIABLO| - WANGXIAN

IV. El diablo y el mafioso

En la estación de policías, los detectives empezaron a trabajar en el caso. En la sala de juntas, Wei Wuxian y los demás detectives observaban las diapositivas proyectadas en la pared.

—La víctima era de género masculino, 46 años, no tenía antecedentes penales. Según sus familiares, no tenía enemigos, ni deudas, ni demandas. La autopsia reveló que recibió unas doce puñaladas, antes de fallecer y al menos otras quince después de que murió. No hay razón para un crimen de este tipo, la primera hipótesis es un robo que acabó en asesinato, pero se informó que la víctima contaba con todas sus pertenecías. Al momento del hallazgo, aún portaba su reloj en la muñeca y su billetera estaba en su bolsillo con tarjetas de crédito y demás. No había cámaras de vigilancia en esa zona, así que no hay mayores pruebas más que el cuerpo de la víctima. Además, la lluvia borró parte de la evidencia en la escena —presentó el caso el detective Nie Huaisang.

—Por un lado, parece el trabajo de un principiante que se volvió loco, pero, por otro lado, no deja evidencia, ni ADN, ni huellas en el lugar. No sé si estamos hablando de un profesional que busca despistar o de un novato que leyó muy bien el manual. No creo que sea un simple robo —argumentó Jiang Cheng.

—Pero, aún faltaba el dinero en efectivo de la billetera, aunque no era una cantidad grande, cerca de cien dólares —agregó el detective Nie.

—La gente asesina por mucho menos, sin duda es un caso de robo seguido por homicidio, llamemos al director y cerremos el caso de una vez —resolvió el jefe Lan Qiren.

Wei Wuxian, Jiang Cheng y Nie Huaisang, miraron al jefe con caras de incredulidad, la evidencia no era contundente, pero tampoco era un caso simple. Aun así, el jefe sugería cerrarlo sin más.

Wei Wuxian, golpeó la mesa con brusquedad, provocando que uno de los detectives mayores, que no había aportado nada a la reunión porque estaba muy dormido despertara de un brinco.

—Tres casos iguales en la misma autopista —Wei Wuxian puso la evidencia sobre la mesa.

—¿Qué? —respondió el jefe Lan con incredulidad.

—15 de julio, 23 de julio y el último fue anoche —extendió los reportes sobre la mesa. —Todos en una calle desierta, en noches lluviosas. Sin testigos, sin evidencia.

—Pasó casi un mes desde el último ataque —agregó Nie.

—El cuchillo fue el arma homicida en los tres casos y según los registros, por el largo y el ancho del cuchillo es muy probable que se trate del mismo. Mire esto, un asesino serial —concluyó Wei Wuxian con cortante determinación.

—Sabes hay más de cien asesinatos al año en la ciudad, y según tu lógica la mitad los cometió el mismo sujeto. ¿Quién rayos eres para meterte en la jurisdicción de otros casos? —reprendió el jefe Lan.

—Al asesino no le importa la jurisdicción ¿de acuerdo? Si no lo atrapamos nos caerán todos encima. El asesino se está moviendo en el área, estoy seguro de que va atacar otra vez.

—¡¿Qué dices?! Esto no es Norteamérica, no tenemos asesinos seriales — contradijo el jefe.

—No los estoy mezclando al azar, hubo tres homicidios en la misma zona. Intuyó que se trata del mismo asesino.

—¡Al diablo con tu intuición! —dijo el jefe en un bufido —¡Todos fuera! —ordenó.

Al instante los detectives abandonaron la sala, como si fuera lo más normal del mundo ser expulsados de repente de una reunión. De hecho, era muy común que Wei Wuxian sea regañado personalmente por el jefe Lan.