XXX. Juicio Final - Parte 2

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Los días en prisión, eran aburridos. Xue Yang salía al patio, se sentaba en una grada y leía un libro. Así todos los días. Convirtió la lectura en su rutina. Por lo general estaba solo. Los demás presos no se metían con él y Xue Yang no estaba interesado en convivir con los demás. 

Durante todo el día, ocupaba la mente en la lectura, y solo a veces, se permitía pensar en Xiao XingChen.

"¿Qué hubiera pasado si nunca lo hubiera conocido?"

"Quizás todo sería diferente".

"Quizás no estaría en este lugar".

"Quizás... él seguiría con vida".

Esa mañana salió al patio y se sentó con su libro como siempre lo hacía. Miró el cielo, azul y despejado, el sol brillaba intensamente. No parecía nada fuera de lo normal. Pero, ese día sería totalmente diferente a los demás. Ese día, llegaría un nuevo recluso a esa prisión.

Los oficiales se pararon firmes en la puerta, y un gran grupo de prisioneros se aglomeraron alrededor.

—Ahí viene el jefe —gritó uno.

—Saluden al jefe —gritó alguien más.

—Bienvenido jefe —hicieron una respetuosa reverencia de 90 grados.

Los demás reos ajenos al grupo los veían con curiosidad y murmuraban un nombre entre ellos. Un nombre que con solo escucharse provocaba terror.

Lan Wangji dio un paso en el patio de la prisión. Y fue como si se suspendiera el tiempo. Xue Yang elevó la vista y sus ojos volvieron a encontrarse. Algo inquietante se removió en su pecho y cerró el libro a la mitad.


Flashback

—Me temo que los días de Xue Yang en prisión serán muy pacíficos —se quejó el detective.

—¿Qué sugieres? —inquirió.

—Entrégate —pidió perezosamente.

—¿Y si me niego? —provocó al detective.

—Entonces, no te lo perdonare —soltó seco.

—Tengo condiciones —expuso. 

—Quiero que me envíen a la misma prisión que él —exigió sin preocupación alguna.

Wei Wuxian suspiró, eso sería difícil. Pero, no imposible. Tendría que mover hasta la última pieza de su influencia y hostigar mucho al jefe Lan Qiren para conseguirlo.

—¿Algo más que deseé el Hermano Lan? —preguntó con sarcasmo

—Quiero que me hagas visitas maritales —pidió con una sonrisa brillante.

—¿Te volviste loco? —inquirió.

—Entonces, no lo haré —concluyó con firmeza.

—Además, para tener una visita marital debes tener una pareja legal —expuso con seriedad.

—¿Me lo estás proponiendo? —cuestionó el mafioso con ojos brillantes.

—¡Ni en tus sueños! —escupió, pero el mafioso sonrió aún más. 

—¿Por qué estás sonriendo? Nunca dije que aceptaría —renegó.

Pero, dadas las circunstancias. Si Wei Wuxian acepto o no, queda en evidencia.

Fin del flashback


En las duchas de la prisión, los hombres frotaban sus cuerpos sin prestar atención a los demás. Nadie miraba a nadie, era una regla interna. Era un signo simbólico de privacidad, donde la privacidad no existía.

Xue Yang humedeció su cuerpo con agua bajo la regadera, frotó su pecho e inconscientemente su mano tocó la cicatriz cerca de su clavícula. Era un nuevo habito. Recordaba a la persona culpable de tan mal trabajo que hizo la cicatriz demasiado notoria. Y por culpa de ello, ahora estaba encerrado en prisión. Pero, no había odio en su semblante. Solo tal vez un poco de remordimiento.

De pronto, las voces masculinas se callaron al unisonó. Solo se escuchaba el agua golpeando el suelo. Una lluvia infernal. Xue Yang miró a su alrededor. Hace mucho las duchas quedaron vacías. Los demás presos habían desaparecido al ver entrar al mafioso, todos corrieron por sus vidas. Lejos de las llamas del infierno.

Xue Yang miró a los ojos del jade. Encontró odió y resentimiento. Se burló en su corazón. Lan Wangji ni se inmutó. Su postura permaneció erguida y firme, su cuerpo en sí era una amenaza de muerte.

—Viniste hasta aquí para matarme personalmente. ¡Eres increíble! —aduló con una falsa sonrisa.

—Se acabó el juego —concluyó con determinación.

—Así que hoy voy a morir —suspiró con resignación —pero la verdad, preferiría morir en otro lado —se quejó.

—Aquí será mucho más fácil limpiar la sangre —reveló sin contemplaciones.

La habitación se sumió en el silencio absoluto. Ni siquiera podían escuchar las duchas abiertas. Su mirada fija en el otro. Lan Wangji escudriñaba el alma del asesino dentro de sus ojos dorados.

—Sabes Xue Yang en la mafia hay un dicho que dice: con el arma que usaste para matar con esa arma serás asesinado —sacó a relucir el cuchillo del asesino, cuyo filo cortó hasta el aire.

Las comisuras de la boca del asesino se crisparon al ver el objeto familiar en manos del jade. Entonces, Lan Wangji oscureció su níveo rostro, un destello de locura cruzó sus perlas doradas.

—Es tiempo de que el diablo pague por sus pecados —concluyó con una siniestra sonrisa.

THE END


(Suena WUJI de fondo)

La solitaria melodía de una flauta se escucha

En los recesos de la nube la noche aún es joven

Lo que fue correcto e incorrecto quedo en el pasado

Así que, ¿Puedo pretender que todo fue un sueño?

En este mundo

¿Cómo se puede medir lo bueno y lo malo?

Tal como la sangre oxidando una cuchilla

Desde lo alto de las montañas y en los ríos lejanos

Vuelve a escucharse el sonido de un guqin

La historia aún no termina

Nuestros recuerdos juntos permanecen puros

Los jóvenes deben aprender sobre la vida y la muerte

La tristeza y el dolor

La Luna sigue brillante, no hay necesidad de tristezas

Entonces, ¿Por qué no enfrentar todo con un corazón desenfrenado?

Y compartir una hermosa melodía juntos


Pueden creer que me encanta Wuji y nunca había buscado la traducción.

Lloremos. Por si son como yo.

|EL DETECTIVE, EL MAFIOSO Y EL DIABLO| - WANGXIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora