ADVERTENCIA: Vamos a llorar TT
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Lan XiChen conducía, mientras Jiang Cheng iba de copiloto.
—Es gracioso. Ustedes son iguales —resolvió Jiang Cheng con una pequeña sonrisa arrogante.
—¿Quienes? —cuestionó curioso.
—Mafiosos y asesinos —expuso.
—Realmente tienes una idea anticuada de la mafia. ¿Crees que vamos armados por las calles matando gente sin razón? —interrogó con ironía.
—¿Y no es así? —cuestionó obvio.
—Somos lo más parecido a empresarios, nos dedicamos a negocios que se consideran ilegales. Pero siguen siendo negocios. Se podría decir que financiamos pequeños negocios para que salgan a flote, igual que accionistas —comentó orgulloso.
—Solo son criminales con saco —comentó con disgusto.
—La mafia Gusu Lan no utiliza armas. A veces golpeamos gente, pero no asesinamos por placer. No somos asesinos —concluyó con honestidad. Esperaba que Jiang Cheng también sintiera esa honestidad.
Poco, después llegaron a la escena.
—Quédate en el auto. Yo subiré al departamento y lo atraparás si escapa —ordenó Lan XiChen.
—Es mejor que vayamos juntos —intentó abrir la puerta. Pero, Lan XiChen volvió a cerrarla.
—¡No! ¡Quédate! —gritó severo y bajó del auto, sin intención de discutir.
Si encontraba al asesino, su prioridad sería atraparlo. Entonces, no podría protegerlo. Aunque, en realidad, el detective no necesitaba dicha protección.
Subió por las escaleras hasta el departamento. Giró la manija encontrando la puerta abierta. No había luz dentro. Entró sigilosamente, tratando de no alertar al asesino con su presencia. Recorrió todo el departamento, pero sin encontrar rastros del asesino.
Decidió marcharse, pero cuando llegó a la puerta sintió algo extraño, había alguien acechándolo desde la espalda. Al girar, fue sorprendido por Xue Yang que emergió desde la oscuridad.
Lan XiChen fue embestido con tanta fuerza que su cuerpo cruzó la puerta y golpeó la pared del pasillo. El asesino aprovechó ese momento para escapar.
Jiang Cheng desesperó y salió del auto, iba a entrar al condominio, cuando alguien chocó con él tirándolo al suelo. Levantó la mirada con molestia, pero se quedó mudo al ver a la persona que chocó. Enmudeció aún más al ver lo que llevaba en sus manos.
Xue Yang no se detuvo a conversar. Poco después, Lan XiChen también salió del edificio. Ambos empezaron la persecución.
Lan XiChen reportó su hallazgo.
—Lo encontramos. Ahora mismo estamos tras él. Corre desde el departamento hacía el norte.
Wei Wuxian y Lan Wangji escucharon la noticia al mismo tiempo. La carrera había empezado, quien atrapara primero al asesino sería el ganador. Ambos pisaron el acelerador.
—¡Tiene una maldita catana! —gritó Jiang Cheng, mientras corrían.
—Lo sé —respondió Lan.
Corrieron tras Xue Yang, pero en medio del camino lo perdieron. Siguieron su rastro hasta una intersección.
—¡Tú ve por allí! —sugirió Lan XiChen.
—¡Está bien! —Jiang Cheng tomó el otro camino.
Lan XiChen siguió el camino en línea recta, pero se encontró con una pared, era un callejón sin salida. De pronto, sintió la misma sensación de acecho que sintió antes en el departamento. Sacó su cuchillo y lo empuñó, mientras avanzaba con cuidado. El callejón estaba oscuro y eso limitaba su visión.
Inesperadamente, Xue Yang apareció frente a él desenvainando su catana. La hoja pasó a centímetros de su cuello a penas pudo esquivarla. Xue Yang empezó a atacarlo. Lan XiChen intentó defenderse, pero su cuchillo no era rival para el asesino. Varios cortes llegaron a sus brazos, abriendo su saco, la sangre empezó a brotar desde los cortes.
En un momento, el asesino cortó detrás de la rodilla, haciendo que cayera al suelo. Intentó levantarse, pero su pierna no respondió. Soltando un grito de frustración. Xue Yang se acercó lentamente y pinchó su pecho con la cuchilla. Iba a matarlo allí mismo sin más. Sin embargo, un disparo al aire alertó al asesino y huyó de la escena.
Jiang Cheng corrió hacia el cuerpo herido de Lan XiChen quien se mantenía sobre una rodilla.
—¿Estás bien? —cuestionó con genuina preocupación.
—Si. Solo ayúdame a levantarme. Creo que me cortó un tendón —se quejó.
—Sabes eso de matar con los puños y no usar armas, no me parece buena idea —bromeó con una sonrisa, mientras ayudaba al jade a ponerse de pie.
—¿Por qué no te quedaste en el coche? —cuestionó con una sonrisa, pero muy pronto dejó de sonreír.
Jiang Cheng escupió una bocanada de sangre y al bajar la mirada vio como la catana había atravesado su cuerpo. Cuando Xue Yang retiró la cuchilla, se desplomó en el suelo, la sangre brotaba desde su pecho incesantemente.
El rostro de Lan XiChen se deformó en una mueca de terror e ira, sin pensarlo atacó a Xue Yang. Estaba furioso, frenético. El filo de la catana siguió cortando su piel, pero ese dolor no era más grande que el dolor en su corazón.
Xue Yang daba vueltas a su alrededor mientras reía, era un baile sangriento al compás de sus cortes. Pronto cortó su otra pierna, haciéndolo caer sobre ambas rodillas, apuñaló su abdomen y pateó su cuerpo hacia atrás, retirando la catana bañada en sangre.
Lan XiChen cayó al suelo moribundo, por instinto buscó a Jiang Cheng con la mirada. El detective seguía con vida, pero estaba agonizando. Jiang Cheng estiró su mano intentando alcanzarlo y abrió los labios con dificultad, pero no emitió sonido alguno. Lan XiChen empezó a arrastrar su cuerpo intentando acortar la distancia entre ellos. Sin embargo, Xue Yang se acercó por detrás y clavó la catana en su espalda.
—Te... a... mo... —articuló con dificultad, antes de dejar de respirar.
Finalmente, Lan XiChen murió.
La distancia era relativamente corta entre ambos cuerpos en el suelo, pero se sentía cada vez más y más lejana. Los ojos de Jiang Cheng se volvieron cristalinos, se empañaron con gruesas lágrimas, había algo que quería decir en ese momento, algo que quería gritar, pero su cuerpo simplemente no obedecía. Se desangraba sobre la acera, mientras lloraba patéticamente.
Antes quería decirle a Lan XiChen que esa noche en realidad no estaba dormido. En su último suspiro, se preguntó:
¿Qué hubiera pasado si hubiera correspondido el beso?
¿Qué hubiera pasado si hubiera sido honesto con mis sentimientos?
Si hubiera amado sin miedo.
Si me hubiera arriesgado una vez en la vida.
Entonces, ¿Qué hubiera pasado?
Jiang Cheng el día de su muerte, solo tuvo arrepentimientos.
El detective y el mafioso. Una trágica historia de amor, tal Romeo y Julieta.
Y fue Lan Wangji el espectador del trágico desenlace.
Continuará...
Frase del capítulo: La mafia Gusu Lan no utiliza armas. A veces golpeamos gente, pero no asesinamos por placer. No somos asesinos.
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|EL DETECTIVE, EL MAFIOSO Y EL DIABLO| - WANGXIAN
Fiksi PenggemarLan Wangji es el capo de los mafiosos, temido por unos y envidiado por otros. Extiende su dominio en todo lo que llega a sus manos. Una noche lluviosa es atacado a puñaladas por un psicópata asesino desquiciado. Milagrosamente, sobrevive al ataque...