VII. Alianza

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No obstante, los tiempos no son felices para el mafioso.

—Hermano, la mayoría de inversores perdieron el interés y retiraron sus fondos. También, se corren rumores extraños en las calles desde su incidente. La región del sur es otro problema, los hombres de Wen Chao están invadiendo nuestro territorio —Lan XiChen estaba furioso tan solo de nombrar el apellido Wen.

—¿Aún no han encontrado el auto? —cambió el tema.

Lo encontramos, estaba fuera de una estación de servicios donde hubo otro asesinato hace unos días. Mis hombres lo trajeron hasta aquí. Y también... —abrió su saco, para dejar a la vista una bolsa plástica trasparente, como aquellas en las que guardan evidencias —asumimos que lo perdió, estaba a un lado de la carretera a unos kilómetros de la estación.

Lan Wangji observó con ojos amargos el cuchillo dentro de la bolsa, a su mente llegaron los recuerdos de esa noche, la hoja afilada y la sangre en el mango, no había duda, era el arma que lo apuñaló.

—Guárdalo en un lugar seguro ordenó.

—De acuerdo.

El pasado allanamiento a la casa de monedas solo le trajo dolores de cabeza y Lan Wangji nunca cedió. Así que Wei Wuxian seguía trabajando por encontrar al asesino por su cuenta. Eso aumento su estrés y cansancio. De pronto, mientras, descansaba sobre su escritorio fue despertado por el ruido de su teléfono.

—¿Quién habla? —respondió automáticamente.

—¿Ya sabes del ataque en la estación?

—¿Lan Wangji..? ¡Si! ¿Qué ocurre? —estaba sorprendido, pero contesto la pregunta.

—Él lo hizo.

—¿Qué? ¿Por qué lo dice?

—Porque encontramos su auto en el lugar, un sedan blanco.

No quedaba duda, era el hombre que buscaba.

—Estoy en la cima de mi juego, llegue hasta aquí arriesgando mi vida, entonces viene alguien queriendo sujetar mi tobillo, me pregunto ¿Qué debo hacer? —hizo una silenciosa reflexión.

Wei Wuxian lo escuchaba atentamente, mientras devoraba un filete, casi conmovido por el exquisito sabor.

—Lo que haré es cortarle el brazo, no puedo cortarme el tobillo —resolvió el jade.

Si, pero el hombre se va, aun sin un brazo puede continuar viviendo —comentó Wei Wuxian. —Y, además, le arruina la reputación a un mafioso —su carcajada siguió el ritmo de sus hombros.

—Todos nuestros actos tienen consecuencias. Debemos responsabilizarnos de ellos. Quien me ataco, también debe tomar la responsabilidad. ¿No lo crees? cuestionó, antes de inhalar profundamente su cigarro.

—¿Y qué harás entonces? —sintió la suficiente confianza para preguntar.

—Lo cortaré en pedazos y exhibiré sus partes frente a todos —dijo como si fuera lo más normal del mundo, cualquier persona empalidecería solo de pensarlo, pero para un mafioso era como seguir las reglas de un protocoló.

Wei Wuxian se carcajeó más fuerte.

—¿Le estás diciendo a un policía que matarás a una persona? Eres un tipo malo que atrapa a otro tipo malo.

—No negó con diversión en la mirada Son dos malos que se desasen de uno aún peor.

El detective detuvo su tenedor al instante, con "dos" Lan Wangji lo incluía a él. Internamente se sintió ofendido, por qué estaba siendo comparado con un mafioso, como podía decir que estaban al mismo nivel, la idea le desagrado profundamente.

Tú no me ves como un policía ¿verdad? Sabes que, a pesar de todo puedo arrestarte.

—No puedes hacerlo. Y sabes ¿por qué? Porque tú lo quieres más que yo —puso dos vasos sobre la madera y los sirvió con licor dorado.

Wei Wuxian apretó los puños bajo la mesa.

—Te daré hombres y financiaré los gastos. Compartiremos información. ¡Todos ganamos! —retomó las palabras del detective.

—¿Y luego qué?

—El que lo atrapé se lo queda —concluyó firme el mafioso.

—Entonces, si lo atrapo yo, va a la cárcel y si lo atrapas tú, lo descuartizas.

Se quedaron en silencio mirándose fijamente, Wei Wuxian estiró su vaso hacia el jade, quien correspondió el acto, silenciosamente habían cerrado un trato tras chocar los cristales.

Para empezar su operación, Wei Wuxian debía conocer el rostro del diablo. Jugó con el boceto en sus manos.

—Vaya, es sorprendente.

—¿Qué?

—El maldito es más atractivo de lo que creí.

Lan Wangji no realizó más preguntas.

—¿Qué edad tendrá? Parece bastante joven. Tal vez unos 23 o 25 años... debe haber comenzado a asesinar a los 20 o menos. Por cierto, ¿Cuántos años tienes? Ahora que trabajaremos juntos, debería saber más de ti.

—Ten, usa esto para contactarme —evitó la pregunta y le entregó al detective un teléfono móvil de color negro. —Ya agregué mi número, solo llámame cuando encuentres algo. 

Wei Wuxian examinó el teléfono con curiosidad. —Es gracioso, un mafioso que atrapa al diablo con un policía —formó una sonrisa sarcástica, pero inexplicablemente Lan Wangji también estaba sonriendo. Eso le provoco escalofríos.

El jade sacó de su bolsillo una grabadora de voz y la colocó sobre la mesa, retrocedió unos segundos la cinta y la voz de Wei Wuxian llegó hasta sus propios oídos.

—Es gracioso, un mafioso que atrapa al diablo con un policía.

—Eres un... —vociferó con rabia —¡No lo puedo creer!

—Ahora te guste o no. Estamos en el mismo barco. Necesito asegurarme.

—Resulta que te gusta usar la tecnología y me grabaste con esto —tomó la grabadora y la estrelló contra el suelo, para luego pisotearla un par de veces con furia —Ahí tienes tu seguro.

Lan Wangji admiró el espectáculo sin emitir palabra alguna, tomó el control remoto y encendió la televisión, dejando en evidencia el video de una cámara, estaba grabando todo en tiempo real. Wei Wuxian vio sin expresión su propio rostro en el televisor. Su cuerpo fue invadido por la risa.

De pronto, se acercó al jade y lo atrapó por el cuello.

Escucha Lan Wangji, cuando todo esto termine, te arrestaré, te lo juro —ladró tal perro rabioso. 

El rostro del jade se iluminó con una sonrisa —Será divertido.


Continuará...

Frase del capítulo: Lo cortaré en pedazos y exhibiré sus partes frente a todos.

Ok. no.

Frase del capítulo:  Todos nuestros actos tienen consecuencias. Debemos responsabilizarnos de ellos.

|EL DETECTIVE, EL MAFIOSO Y EL DIABLO| - WANGXIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora