— Peluchito, ¿Estás bien? No has dicho nada desde que subimos al auto.
El pequeño simplemente asintió, no emitía sonido alguno, solo jugaba con sus dedos.
— Si quieres podemos ir a comer al restaurante donde hay juegos, también podemos llamar al tío Guillermo y a la tía Lea para que vengan con los gemelos y jueguen juntos.
— Está bien. —Susurró.
Sus dos padres estaban preocupados, él nunca se había comportado así, siempre hablaba mucho y verlo tan callado de repente no era normal.
— Papi, ¿Puedo sentarme contigo adelante?
— Mi Amor, no puedes, pero si quieres, yo puedo ir atrás contigo.
Volvió a asentir, estacionaron el auto un momento y el castaño mayor fue a la parte trasera a sentarse con su hijo.
— Quiero un abrazo. —Dijo en un tono bajo.
El mayor sonrió y se inclinó para darle un dulce abrazo a su niño, dejó algunos besos en su cabellera para luego frotar ambas narices y alejarse un poco del menor haciendo que soltara una pequeña risa.
— ¡Ay, te amo, mi chiquito lindo!
Llenó de más besos la cara del pequeño.
— ¡Y-Ya, papi, hace cosquillas! —Decía el infante entre dulces y contagiosas risas.
— Vale, vale, me detengo. —Se alejó un poco del infante.— Le avisaré al tío Guille para que vaya yendo.
— ¿Y luego podemos comer donas?
— Me encanta esa idea, anotado, luego comeremos donas.
Al menos ahora su hijo estaba más animado, hablaba un poco más y podía escuchar su dulce risa.
En unos minutos estaban estacionando el auto en un restaurante de comida rápida, al entrar buscaron hasta encontrar a la familia del mejor amigo del castaño.
— Hombre, por fin llegan, llevamos aquí más de diez minutos.
— Perdón, es que a Ari le dieron ganas de ir al baño en medio de la carretera.
— Yo no controlé eso, ¿Okey?
— Bueno, bueno, ¿Y los gemelos?
— Están en los juegos, lleven a Sam para que se distraiga mientras viene la comida.
— ¡Sí, juegos!
El pequeño fue a la mencionada área, dejó sus zapatos en uno de los tantos cubículos y entró para buscar a sus "primos".
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• Como Convertirse En Famoso Con Sam •
Fanfiction─ ¡Quiero Ser Famoso! ─Exclamo el pequeño niño levantándose de su asiento. ─ Pero, cariño, ya lo eres. Tenía razón, en cierta parte ya lo era, sus padres eran dos empresarios famosos reconocidos mundialmente, y, él al convertirse en su hijo también...