— Ay, mi Osito... ¿Qué soñaste?
Miró al mayor a los ojos, fue hasta su pecho y lo abrazó.
— Algo muy feo... Quiero decirles después...
— De acuerdo, corazón.
Le hicieron un desayuno simple al pequeño, pan tostado con mermelada y un zumo de naranja, momentáneamente se calmó y terminó por olvidar su miedo cambiándolo por un entusiasmo, pues recordó que sus primos irían a su casa, así que decidió preparar todo para cuando lleguen.
— Vida, ¿Estás seguro de que quieres tu castillo?
— Sí, porque vamos a jugar a que somos caballeros y que Teo y Taiga son los reyes.
— Bueno, en ese caso sí lo bajo.
— ¡Viva!
Mientras el pelirrojo bajaba aquel juguete del menor, este miraba televisión mientras balbuceaba algunas cosas, se aburrió después de unos cuantos minutos, para su suerte el juguete que tanto esperaba ya estaba en la planta baja, así que sin pensarlo entró allí.
— Siempre supe que invertir en esta cosa valdría la pena. Tú que pensabas lo contrario, Amor.
— Solo tuviste suerte de que le guste a Sam, presumido. —Rodó los ojos divertido para darle un sorbo a su taza de café.
— Papá, te olvidaste las almohadas. El piso está duro. —Dijo el menor sacando su cabeza por una pequeña ventana.
— Yo las traigo, deja a papá descansar un rato, bebé.
— Está bien, papi. —Volvió a meter su cabeza dentro de aquel lugar.
Resulta que un día navegando por Internet el mayor de sus padres se encontró con un pequeño castillo de tela, así que dudando si le gustaría a su hijo lo compró, decía que si no lo usaba, él jugaría con eso, lastima que sí le gustó.
— Papi, ¿Puedo comer un chocolate?
— De cuerdo, pero recuerda, solo dos al día.
— Sí, papi.
Estuvo allí unos minutos más, casi cuarenta, mientras esperaba a que sus primos llegaran, metió a sus gatos con él para distraerse un rato, les daba mimos y jugaba con ellos.
Todo estaba bien hasta que ambos felinos terminaron por dormirse en las piernas del menor, haciendo que no pueda levantarse.
— Papá, papi, ayuda.
No tuvo que hacer mucho ruido, pues sus padres estaban juntos en el sillón de la sala de estar viendo una película, disfrutando un lindo tiempo en pareja.
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• Como Convertirse En Famoso Con Sam •
Fanfic─ ¡Quiero Ser Famoso! ─Exclamo el pequeño niño levantándose de su asiento. ─ Pero, cariño, ya lo eres. Tenía razón, en cierta parte ya lo era, sus padres eran dos empresarios famosos reconocidos mundialmente, y, él al convertirse en su hijo también...