Un pequeño niño de cinco años despertaba, la luz que entraba por su ventana le empezaba a molestar, así que terminó abriendo sus lindos ojitos color miel para sentarse en su cama.
Miró el techo de su habitación, sus padres lo habían pintado para que cuando lo vea por las mañanas sea como un cielo celeste y lleno de nubes, mientras que cuando era de noche sea como una noche oscura y con estrellas.
Frotó sus dulces ojos con ambas de sus manitos para ver mejor, se levantó, agarró a su peluche favorito y ambos fueron al lugar donde los mayores dormían, al llegar, subieron a la gran cama matrimonial, listos para despertarlos.
— ¡Papá, papi ya es de día! ¡Hay que despertar! —Comenzó a saltar.
— Cinco minutos más, bebé... —Dijo el castaño mayor para apegarse más a su pareja.
— No, no, no. —Dijo negando con su cabeza.— Ya es de día, la luna ya se fue y hay que despertar.
— Pero si a penas son... —Se levantó un poco para poder ver la hora.— ¡¿Las cinco de la mañana?! Osito, literalmente acaba de amanecer. —Dijo en un tono fuerte volviendo a recostarse.
— Uy, perdón... No era mi intención, papá.
— No te preocupes, corazón, ven duerme con nosotros si quieres.
— No, me voy a mi cuarto a jugar. Adiós.
Y bajó de aquella cama, dijo que iría a jugar, pero el sueño le volvió a ganar y terminó por quedarse dormido de nuevo.
El molesto sonido de la alarma los despertó, les parecía extraño, hace mucho que dejaron de escucharla, pues su hijo hacia el trabajo del despertador.
— Amor, has que esa cosa se calle...
— Ash, creí que la había apagado.
— Espera, ¿Qué hora es?
— Eh... ¡¿Qué carajos?! ¡Son las ocho y media!
— ¡Mierda!
Ambos se sobresaltaron, se levantaron rápidamente y fueron directamente a su clóset, se vestirán mientras arreglaban lo que tenían que hacer para no tardar tanto.
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• Como Convertirse En Famoso Con Sam •
Fanfiction─ ¡Quiero Ser Famoso! ─Exclamo el pequeño niño levantándose de su asiento. ─ Pero, cariño, ya lo eres. Tenía razón, en cierta parte ya lo era, sus padres eran dos empresarios famosos reconocidos mundialmente, y, él al convertirse en su hijo también...