─ ¡Quiero Ser Famoso! ─Exclamo el pequeño niño levantándose de su asiento.
─ Pero, cariño, ya lo eres.
Tenía razón, en cierta parte ya lo era, sus padres eran dos empresarios famosos reconocidos mundialmente, y, él al convertirse en su hijo también...
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— ¿Y qué fue lo qué hiciste en todo el día, Corazón?
— ¡Estaba haciendo preguntas a todos! También les di gomitas y Malvaviscos. —Dijo el pequeño sonriente.
— ¿Y te divertiste mucho?
— ¡Sí! Todos son muy buenos y me tratan muy bien.
— Rio.— Te gusta ir a la oficina, ¿No?
— ¡Sí, amo ir con ustedes al trabajo! ¡Es muy divertido! ¿Mañana va a ser igual?
—Sí, así que hay que dormir temprano para ir.
— ¡Yupi!
El camino fue tranquilo, llegaron a su hogar algo cansados, bueno, solo sus padres, el pequeño Sam seguía con mucha energía que aún no gastaba.
— ¡Hay que jugar! ¡Quiero jugar! —Decía mientras saltaba en la cama de sus padres.
— Sam, cariño, es hora de dormir, papá y yo tenemos sueño, mañana jugamos.
— Pero yo aún no tengo sueño ¡Quiero jugar!
— Dios, ¿Por qué tuvo que tener la misma energía que su padre...? —Susurró para sí mismo.
— No te preocupes, Amor, yo haré que se duerma.
— Ay, sí, y yo haré que Bruno aprenda a hablar.
— Ya verás, ni siquiera notarás que está en su cuarto.
— Pero yo quiero dormir con ustedes, ¿Puedo? Por favor...
— Bien, dormirás con nosotros, ahora ve a ponerte pijama, voy a traerte leche tibia.
— Bueno, Sam, ya escuchaste a papá, ve a ponerte pijama y vuelves para dormir.
— Okey, papi.
Bajó con cuidado de la cama y fue en dirección a su habitación, no tuvo mucho problema en cambiarse, pues solo debía subir un cierre ya que era un Kigurumi, así que se le hacía muy fácil de poner.
Volvió a el cuarto de sus padres, quienes se derritieron por dentro al ver a su pequeño hijo con un traje de dinosaurio y con pantuflas de la misma temática, se veía muy adorable.
— Ven aquí, pequeño Dinosaurio, tienes que tomar leche para que crezcas mientras duermas.
— ¿Y voy a poder crecer como ustedes?
— Tal vez, si tomas mucha leche y comes bien puede que sí.
Luego de unos segundos ya había acabado de tomar todo el contenido de ese vaso, agradeció y se acostó en la cama.
