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Érase una vez un lobo que vivía solitario en lo profundo del bosque. Un día conoció a la caperucita roja y la engañó para que tomara el camino más largo y él se fue por el más corto para llegar prim-

Saltémonos esa parte, todos se conocen el cuento de la caperucita roja ¿no? Así que vayamos de una vez al final que es lo que importa en este momento.

El lobo había logrado escapar del cazador, asustado se ocultó en el bosque en algún lugar donde nadie lo hallara.

Caperucita roja, la abuelita y aquel cazador estaban alegres de que el lobo se haya ido, por el susto que había llevado estaban casi seguros de que ese tonto animal no volvería a pasar por ahí. Celebraban la ida del lobo mientras repartían la merienda que caperucita llevaba en su cesta.

El lobo había quedado con hambre.

A los días, desde atrás de un árbol pudo volver a ver al chico de la caperuza, le desagradaba, pues le hacía recordar aquél incómodo momento, y aún se sentía algo enojado por las burlas que había escuchado de parte de este.

Haría desaparecer a ese niño de una vez por todas, y saciaría su hambre.

O eso era lo que pensaba que haría.

After StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora