Este sería el día en el que cambiarían esta monótona rutina.
El lobo se dejó ver otra vez por el chico de la caperuza. Éste tragó en seco, se encontraba sólo frente a ese feroz animal en la profundidad del bosque, aquí aunque gritara probablemente no lo salvarían a tiempo. Manteniéndose tranquilo notó que el lobo de pelo azabache empezaba a rodearle, si se descuidaba jamás llegaría otra vez a la cabaña de su abuela, así que intentaba no dejar que éste se situara detrás de él.
-¿Qué es lo que quieres? –Preguntó mientras mantenía un perfil serio. Pero no podía ocultar que sus piernas estaban temblando. Pudo ver cómo el contrario se acercaba a él, al final se sintió acorralado por el lobo, ya que no podía retroceder más, su espalda había pegado contra un árbol y correr no sería conveniente. Empezaba a preguntarse por qué no había traído su daga en su bolsillo, tal vez no debió ser tan confiado y creer que el lobo no volvería a intentar hacerle daño sólo porque llevaba un tiempo sin intentar nada.
El chico lobo había levantado su mano dándole un ramito de violetas al de la caperuza. Éste lo miraba con confusión.
-¿Qué es esto?
-Flores.
-¿Por qué?
-Nacieron así, tómalas de una vez.
-Eso no, que por qué me las estás dando.
-¡¿Por qué no las agarras y ya...?! –Dijo mientras desviaba la mirada.
Rosmer tomó el ramito de violetas, pero seguía confundido, ¿Por qué Ale le estaba dando eso?
-¿Te gustan?
Caperucita empezó a balbucear, parece que no sabía bien cómo responder, o bueno sí, pero no le salía.
-Ah, bueno, uhm, claro, sí, Ehh... son lindas. –Notó que el lobo había hecho un leve puchero.- ¿Qué pasa?
-Nada.
-Dilo.
-Hm... Pensé que reaccionarías con más emoción o algo así. –Soltó un pequeño suspiro y se cruzó de brazos.- Los humanos actúan de forma alegre cuando les dan flores. Pero tú eres raro, no hubo ninguna reacción especial cuando te di esas violetas. –Notó que las mejillas de Rosmer empezaban a colorarse suavemente, oh bueno, quizá si funcionó pero el efecto era tardío.
El de caperuza con sólo escuchar esas cosas que acababa de decir el lobo feroz, rápidamente supuso que Ale estuvo vigilando a las personas del pueblo y probablemente vio a alguna pareja dándose ese detalle y quiso probarlo con él. Pero ¿por qué?
-Viste algo como esto en el pueblo y quisiste imitarlo, ¿verdad? –Vio como el de pelo azabache empezaba a sonrojarse también.- ¿Por qué?
Al lobo le daba algo de vergüenza admitir que hizo eso sólo por querer acabar con el ciclo de miradas y poder empezar a hablar con Rosmer.
Caperucita empezaba a sentirse un poco mal por haber dudado de Ale al principio, pero bueno, eso ya no importa, miró las violetas y sonrió suavemente al volver su mirada al rostro del chico lobo.
-Gracias. –Dijo con un tono de voz bastante suave.
Ale notó la sonrisa del más bajo, se empezaba a sentir alegre, no puede ser, caperucita roja le regaló una sonrisa, se veía tan tierno. De forma inconsciente sonrió también.
"Vaya, El lobo feroz no es tan feroz..."
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After Story
FanfictionEl lobo sintiendo algo de rencor desde el día que lo corrió aquel cazador, planea vengarse de la caperucita roja algún día. Pero termina desechando esa idea después de que ambos pudiesen tener la oportunidad de conocerse mejor.