Pasó un largo rato, se sentían satisfechos después de haber saboteado tantas trampas, habían perdido la cuenta de ellas. Le habían dado una vuelta grande al bosque mientras hacían eso, así que se habían agotado un poco, y para recuperar fuerzas bebían agua en el río. O bueno, era el lobo quien bebía agua directamente del río, Caperucita no había querido hacerlo al principio por que no se había acostumbrado a hacer algo así, pero igual tuvo que hacerlo porque la sed no se le iba a quitar sola. Rosmer tomaba el agua en sus manos y la bebía, y Ale... bueno, él metía todo el hocico en el agua.
-Oe... ¿Qué tan largo crees que pueda ser nuestro cuento? –Había empezado a hablar Rosmer sin pensarlo, Ale casi se ahogó con el agua y empezó a toser un poco.- Te dije que esa no era una buena forma de beber agua. –Le dio unas palmaditas en la espalda mientras esperaba a que se recuperara para que respondiera.
-¿Cuánto te gustaría que dure?
-¿A ti cuanto te gustaría que dure?
-No lo sé.
-La eternidad.
-Quizás. Sí, me encantaría.
Rosmer suspiró melancólico, mientras pensaba en lo que había dicho.
-¿Estaremos juntos eternamente, verdad?
Ale calló, estaba pensando en cómo responder a eso, no quería decir una mentira bonita pero tampoco quería desilusionar a Rosmer, le dolería verlo triste. Pero ya éste se estaba poniendo triste por el silencio.
-Entiendo... -Susurró el de la caperuza casi para sí mismo mientras bajaba su mirada. Sintió como el lobo le rodeaba con sus brazos.
-Me aseguraré de que podamos lograr estar juntos eternamente. –Estaba dudando un poco de sus propias palabras.
-Promételo. –Dijo al momento que se separaba del abrazo y extendía su dedo meñique. Al ver que Ale no había hecho nada aún, volvió a repetir lo que había dicho.- Promételo.
Al fin Ale juntó su meñique con el de Rosmer sellando la promesa.
-Yo... -Empezó a hablar el de caperuza.- También aprovecharé el momento para prometer que, me aseguraré de que podamos estar juntos eternamente. Así no tendrás que sentir que llevas toda la carga tú sólo. De todos modos... ¿No es eso lo que hacen las parejas? Trabajar juntos para construir lo que quieren en su futuro. –Sonrió cálidamente.- También prometo protegerte de todo lo que pueda pasar, y estaré contigo en los momentos buenos y malos. Y te haré feliz, apartaré todas las nubes que estorben para que puedas siempre tener luz en tu vida.
-... ¿Vas a prometer algo más...?
-¿Tu no prometerás algo más?
-Ah, eh, lo mismo que tú. –Dijo con un leve rubor en sus mejillas y luego rió suavemente.- Todo lo que dijiste se escuchó como si fueran votos de un matrimonio.
Soltaron sus meñiques. Rosmer se acomodó un poco el flequillo.
-¿Y si nos casamos ahora?
-Pero... ¿Y los anillos? ¿No se usan en las bodas?
-No necesitamos anillos, por ahora, podemos conseguirlos después. Sólo son un símbolo, es una costumbre importante para muchos, pero, podemos omitirla, porque esto de aquí. –Apuntó al pecho de Ale, refiriéndose al corazón.- Siempre recordará el compromiso que haremos, y sabrá a quién pertenece.
Ambos se pusieron de pie, y por turnos cada uno recitó sus votos, claramente omitieron la parte de entregarse los anillos, y en ese momento solo se tomaron de las manos mientras se acercaban para finalmente besarse.
Algo curioso fue que, Rosmer fue el primero en decir sus votos, pero en ningún momento dijo "Hasta que la muerte nos separe" sólo dijo "Por toda la eternidad" Cuando fue el turno de Alejandro, él también lo dijo. Pero después empezó a entenderlo.
El amor que tenían era tan fuerte que ni la muerte iba a poder separarlos. No importa lo que pase, ni una tormenta apagaría la llama de amor que se tenían. Ale sonrió cálidamente a los segundos de haber terminado la boda, se sentía tan conmovido que podría llorar de felicidad, se limitó a darle un largo abrazo a Rosmer.
-Te amo, más de lo que te imaginas. –esta vez sentía que, esas simples dos palabras llevaban más amor de lo que podía pensar.
-Yo también te amo, tal vez una eternidad no sería tiempo suficiente para demostrarte todo mi amor. ¿Muchas eternidades lo serían?
Después de terminar ese largo y meloso momento en el que estuvieron envueltos en un abrazo, decidieron que iban a volver al árbol donde siempre se reunían, pero Rosmer se agachó frente al río.
-¡Ale, tienes que ver esto! Ven, ¡agáchate!
El lobo obedeció poniéndose al lado del de caperuza para ver qué era lo que lo sorprendía, pero luego sintió chispas de agua en su cara. Rosmer había hecho a propósito que el agua chapoteara, y luego se alejó rápidamente mientras reía y finalmente hacer una mofa. Ale frunció el ceño, Rosmer sabe iniciar momentos románticos y cursis... pero también es experto acabando con ellos.
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After Story
FanfictionEl lobo sintiendo algo de rencor desde el día que lo corrió aquel cazador, planea vengarse de la caperucita roja algún día. Pero termina desechando esa idea después de que ambos pudiesen tener la oportunidad de conocerse mejor.