Extra 2

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¡¿Qué es lo que acaba de pasar?!

Al principio no se había dado cuenta, pero cuando pasó las manos por su cabeza se sintió asustado. ¡Sus orejas no estaban! ¿Qué les pasó? No había rastro de tener orejas arriba... Pero escuchaba, luego pudo notar que estaban a los lados, y no eran peluditas y suaves como antes.

Recordaba que había tenido una especie de... ¡¿No estaba alucinando?! ¿Ese libro mágico con el que había soñado era real? De algún modo había logrado cambiar esa parte de su cuento.

Miró sus manos simplemente no podía creerlo, ¿Su deseo se había cumplido? ¡No tenía garras! Y sus manos eran, tan diferentes... ¡Eran más humanas!

Su cola también había desaparecido, casi corriendo fue al río, allí en la cristalina agua pudo ver su reflejo. No tenía colmillos, su mirada era diferente, y como ya había notado antes, sus orejas no estaban sobre su cabeza.

"Humano al fin... ¡¿Pero cómo puede ser real?!"

Sea lo que sea, en vez de preocupación total, sentía alegría, estaba muy emocionado. Al fin podría estar al lado de Rosmer sin que sea "El humano y el lobo", no tendría que dar más preocupaciones, ni ocultarse, y tampoco los intentarían separar.

Esto es simplemente increíble, ahora mismo se recostaría en el árbol de siempre y esperaría que... No, ¿Para qué esperar qué Rosmer llegue? ¡Ya puedes ir a buscarlo sin mucha traba!

No corría de igual forma que antes, su cuerpo estaba cambiado, claro, pero no importa. Finalmente llegó al pueblo y no fue señalado por ser un lobo, sentía algo de nervios, pero caminó con normalidad entre las personas del pueblo, hasta que finalmente llegó a donde quería. Estaba frente a la puerta de la casa de Rosmer.

¿Esto no es un poco precipitado? Bueno, lo resolverá después, sea como sea, ya había tocado la puerta y escuchó pasos al otro lado.

La puerta fue abierta dejando ver al chico de la caperuza roja, parece que se estaba preparando para salir, pues sostenía con una mano la cesta de siempre.

-¡Rosmer! –Sin pensarlo demasiado le dio un abrazo fuerte, sorprendiendo al más bajo.

-¡¿Alejandro?! ¡¿Qué haces aqu- -Se había separado del abrazo, se quedó callado al notar diferente al ya mencionado, estaba mirándolo de arriba hacia abajo con sorpresa.- ... ¿Qué te pasó?

-¡Soy un humano! –Dijo con emoción tomando de ambos brazos al de cabello castaño, éste podía jurar que a Ale le brillaban los ojos por la felicidad que tenía en ese momento.- ¡¿Entiendes lo que eso significa?! Ya podemos hacer juntos normalmente lo que todas las parejas humanas hacen.

Rosmer se ruborizó casi por completo, su rostro estaba casi tan rojo como lo es su capa. Podía sentir que los vecinos probablemente les estarían mirando raro en ese momento por las cosas que el de cabello azabache estaba diciendo y eso era una de las cosas que lo estaba haciendo avergonzarse, no le gustaba la atención no deseada que los vecinos brindaban.

-¡¿Eh...?! Uhm, bueno, ¿Qué cosas? –Tartamudeó un poco en voz baja mientras hacía señas a Ale de que bajase la voz.

-¡Vamos a pasear! Quiero que me enseñes todas las cosas que podremos hacer siendo yo un humano.

-Ah, claro. –Bajó su mirada por un momento y pocos segundos después levantó su mirada nuevamente para mostrar una sonrisa.- ¡Me siento bastante feliz de que ahora seas un humano! –Exclamó en voz baja, pero se veía completamente emocionado también.- ¡Tengo muchas cosas qué puedo mostrarte ahora!

Al distanciarse de la casa de Rosmer ambos caminaron juntos por el pueblo, iban tomados de la mano. Adoraba ver sus manos juntas, ya no eran tan diferentes, su mano seguía siendo grande, pero era una mano humana, al igual que la del chico que ama.

After StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora