2-Cautiva

2.2K 122 20
                                    

Narra Beatriz

El tiempo pasó y no cumplió, fue un año de plazo para que lo hiciera bien y sin embargo se río de nosotros en nuestra cara, siempre le tuve desconfianza a ese tal Fabricio pero mi jefe no me hizo caso y ahora el dinero perdido no lo va a recuperar fácilmente.
Lamentablemente el chico no sabía que se estaba metiendo con los Damnatus, ahora va a pagar con su vida, nadie le dijo que con los demonios no se juega.

Recibo un mensaje de Samuel es como el hacker de la banda, se encarga de darnos toda la información necesaria de nuestras víctimas además es el hijo del jefe.

-Cierra la puerta con seguro.- me ordena apenas entro.

Sonrío mordiendo mi labio, camino hasta él y me siento en sus piernas.

-Tienes lo que te pedí.- beso su boca.

-Nunca te fallo.- apreta mi trasero.- Eh mira esto.- hace que mire la pantalla de la computadora.- Tiene una novia, es una chica tranquila que solo va de su casa al trabajo se llama Alexa.- me da una pendrive con toda la información.

-Gracias guapo.- muerdo su oído.- Te espero esta noche en el lugar de siempre.

No sé que me pasa con este chico pero caigo derretida a sus pies, si alguien de la organización llegase a saber que me acuesto con Samuel me lanzan por un barranco, digamos que nos tienen controlados bajo un régimen bastante estricto para que no desviemos nuestros pensamientos de los objetivos.

**

Al final me hicieron caso y nos trajimos a la hermosa novia del traidor, espero podamos recuperar algo del dinero o me daría mucha pena tener que pegarle un tiro en la cabeza a la chica, se nota que es buena y humilde.

Le puse un sedante para que se calmara además que vendé sus ojos para que no pueda ver el camino que nos lleva hacia nuestro querido hogar.

Luego de dos horas de trayecto llegamos, Antonio me ayuda a bajarla y la metemos en una habitación oscura, me quedo a su lado esperando que reaccione ya debería ser hora.
De apoco empieza a abrir sus ojos, me mira asustada intentando desatar sus manos.

-Déjame por favor.- llora desconsolada.

-Shhhh, tranquila carita de ángel.- la tomo del cuello poniendola de pie.- Si te portas bien nada malo te va a pasar pero si se te ocurre hacer un escándalo créeme que vas a experimentar las diferentes formas de tortura, me entendiste bien.- apreto más.

-Sueltame.- apenas habla.

Hago que se acueste en la cama y le pongo las esposas dejándole una mano libre para que tenga algo de movilidad.

Sabina llega con un café y una tajada de pan con mermelada.

-Le traje esto a la piba, yo la cuido esta noche, puedes irte.

Asiento dándole las llaves de las esposas, Sabina es una chica dura que mata a quien sea que se le interponga en su paso, tiene un pasado muy difícil que sólo pocas personas conocen, una noche que quedamos de guardia las dos se nos pasaron las copas y terminó confiando en mi, la admiro mucho le tengo bastante respeto.

Me meto por entremedio de los árboles, básicamente recorro este camino todas las noches que me encuentro con mi ardiente amante, es un subterráneo así como un bunker que descubrí hace unos años atrás y desde entonces es nuestro nido de amor.

Está sentado al lado del fuego fumando un cigarrillo, me ve y sonríe llamándome con sus dedos se abraza a mi cuerpo con ternura, acaricio su cabeza dejando un beso en esta.
Me tumba en la cama ganándose arriba mío, unimos nuestros labios de forma lenta haciéndonos caricias mientras nos quitamos la ropa quedando totalmente desnudos, introduce su miembro en mi amapola dando embestidas lentas y rápidas, gimo contra su boca. Rasguño su espalda dejándome llevar por lo excitada que estoy, ahora quedo yo sobre él, me mira a los ojos acariciando mis pechos mientras lo monto con deseo.
Disfrutamos el uno con el otro hasta que ya nuestros cuerpos quedan agotados.
Busca una botella de vodka, bebe un poco y luego me la pasa, le doy un pequeño sorbo.

-Te debes ir?.- me pongo su camisa.

-Me quedan dos horas libres así que hazme un espacio a tu lado.- me abraza quedando de cucharita.- Me encanta tenerte así y poder estar a tu lado.- besa mi hombro.

De apoco el sueño se empieza a apoderar de ambos, siento que mis ojos se cierran mientras da sus besos por mi cuello.

**

Corro hasta la habitación que comparto con Sabina, no puede descubrir que pasé la noche afuera del recinto. Me gano en la ventana esperando que entre por la puerta, la saludo sonriendo hasta que veo las ojeras inmensas que trae, pobrecita.

-Mala noche?.

-Lloró toda la noche.- se lanza a la cama.

Salgo enojada directo hacia la habitación oscura, veo que está siendo cuidada por Antonio le hago una señal para que salga.
Me mira asustada intentando de alejarse pero las esposas no la dejan, pongo mi cuchillo en su cuello haciendo que tiemble.

-Basta de estar llorando, no sacas nada con seguir haciéndolo tu estás aquí por culpa de la persona que más amas.

-Él jamás haría algo malo.- solloza.

-Eres demasiado ingenua carita de ángel, date cuenta que no puedes confiar en nadie y entiende una cosa desde ahora vas a ser fuerte e intentarás mantener la calma o lo único que le daremos a Fabricio será tu cadáver en una bolsa de plástico.

-Me voy a volver loca en este puto infierno.

-Y yo si tu sigues así.- llevo el cuchillo hasta su brazo y le hago un pequeño corte por encima.

-Hija de puta estas loca.- escupe mi rostro.

Me limpio asombrada la cabrona tiene su carácter, le doy una bofetada furiosa.

-Eres nuestra prisionera, estas cautiva por nosotros así que atente a las consecuencias, a la próxima vez no será una pequeña cortada será una cicatriz en tu rostro.

-Mi novio me va a encontrar y me encargaré personalmente de que te pudras en la cárcel.- alza su tono de voz.

-Uh pues todos los que han dicho eso están justo debajo de esta habitación y adivina que.- susurro en su oído.- Están todos muertos con un disparo en la cabeza propiciado por mi.

-Eres el demonio vivo.- empuña su mano sin esposa.

-Adelante intenta golpearme.- me cruzo de brazos a su lado.

-No me ensuciaré las manos contigo.

-Aquí nadie se va a ensuciar las manos con nadie.- escucho al jefe detrás de mi acercándose.- Esta chica es intocable y tu querida Beatriz te vas a encargar de que nadie la toque ni siquiera una mosca, esta chica es más valiosa de lo que pensábamos.

-Pero jefe yo quería destrozarla.

-Pero nada, si le pasa algo a ella a ti también te pasará.- me amenaza.

Asiento dando una sonrisa sarcástica, lo que faltaba, tener que cuidarla a ella siendo que fui yo quien dispuso que era buena idea secuestrarla, básicamente se va a convertir en mi protegida.

_________________________________________

Beatriz en multimedia, amos los ojazos que tiene!!

SECUESTRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora