10-Enfermera

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Es una casa en medio de las montañas totalmente alejada de la civilización, es raro que no hayan enviado a ninguna persona a vigilarnos confían mucho en Beatriz. A penas llegamos se encargó de echarle llave a todas la puertas, las ventanas están con protección así que es imposible escapar por estas.
Me recuesto en el sofá prendiendo la tv, uh genial hay un partido esto si que me entretiene sobre todo cuando juega el RB Leipzig soy súper fan de André Silva, es tan guapo y talentoso.

Se afirma en la mesa sacando la respiración muy agitada, me mira a los ojos está pálida y su polera está empapada en sangre.

-No seas orgullosa y deja que te ayude.

-Puedo sola.- camina hacia el baño.

Da un par de pasos y tiene que ganarse contra la pared apretando un lado de su cintura.

-Dónde está el botiquín?.

-En el baño.- a penas logra hablar.

Tomo las cosas necesarias, la agarro de la cintura ayudandola a caminar hasta el sofá, se quita polera y quedo con los ojos como platos. Está llena de moretones, cortes por todos lados y en su espalda tiene una herida del porte de mi mano está súper fea.

Paso un paño con agua tibia por su cuerpo quitando la sangre seca, cierra sus ojos respirando profundo.
Echo un poco de alcohol en un nuevo paño y desinfecto con cuidado, noto como empuña sus manos aguantando el dolor.

-Puedes gritar si quieres, ya te he visto llorar en mi hombro.- le doy una sonrisa malévola.

-Ese día estaba mal y tu te dedicaste a estar a mi lado, ahora necesito que le pongas parches a cada herida que hay.

-A la orden jefa.- amarro su cabello.

Se gira hacia mi quedando a solo centímetros, siento su respiración a un ritmo con la mía.

-Gracias carita de ángel.- pasa su pulgar por mi pómulo.- Eres tan bonita y buena conmigo.

Mi piel se eriza por completo, que me está pasando por dios.

-Tu eres hermosa y cruel.- hago masajes en su espalda.- Ahora muerde algo que voy a echar alcohol en la mas grande o me cuentas como te la hicieron.

-Me tuvo diez  días bajo su poder y cada noche intentaba violarme pero una noche llegó con tres sujetos, golpee a todos sin parar hasta que uno de ellos me pegó un balazo y me golpeó en la herida hasta dejarla así como la ves ahora, logré sacarme la bala.

-Y te violaron?.- pregunto asustada.

-No los dejé, me aseguré de no comer ni beber nada por si intentaban drogarme.

-Con razón estas tan delgada, bueno yo no me quedo atrás, me tienen a puro pan y agua.- indico mi cuerpo.

-Sigues siendo deseable para cualquiera pero aquí tenemos mucha comida, pensaba tenerte esposada pero has sido demasiado buena conmigo así que estas en libertad de hacer lo que quieras dentro de la casa, no se te ocurra apuñalarme con un cuchillo.

-Tranquila ojitos de cielo se como eres cuando te enojas.- le enseño las pequeñas cicatrices que ha dejado en mi.

-Me gusta como me has dicho, que tal si vas a la cocina y traes algo se comer por favor, ayer era viernes y de seguro compraron cosas.- se recuesta en el sofá.

Vaya Beatriz tiene razón hay muchas cosas aquí pero opto por hacer algo rápido, preparo unos sándwich de pollo con lechuga exprimo unas naranjas y listo, esto se ve buenísimo hace un mes que mi paladar no experimenta algo así.

Río al ver que está durmiendo con la boca abierta incluso así se ve linda, le lanzo un cojín y de inmediato escucho su quejido.

-Lo siento no te quería pegar.- le cierro un ojo.

La ayudo a ponerse de pie para llevarla hasta la mesa.
Se come el sándwich en cosa de segundo por suerte hice dos para cada una.

-Deberías comer lento tu estómago hace tiempo no recibía comida.

-Es lo mejor que he comido carita de ángel.

Sonrío al verla más mejor.

La habitación tiene una cama así que se la dejé a ella y yo dormiré en el sofá.
Pongo unas cobijas en este junto con una almohada, por fin una noche relajada sin miedo a que alguien entre y me viole, cierro mis ojos dejándome llevar por mis pensamientos.

**

Creo que tomé mucho jugo de naranja, odio tener que ir al baño durante la noche me da demasiada pereza hacerlo.
Me dispongo a ir hacia el sofá pero escucho pequeños ruidos de sollozos desde la habitación de Beatriz, habro la puerta sin hacer ruido se mueve en la cama de una lado a otro, llego a su lado y me doy cuenta que esta tiritando como un perrito mojado.
Toco su frente y está ardiendo en fiebre, en cualquier momento se me muere. Mamá me enseñó que cuando no hay un hospital serca lo mejor es poner paños con agua fría por el cuerpo o si empeora una ducha muy helada hace bajar la temperatura.

Corro a por los paños, hago que despierte y me mira asustada ganándose en un rincón.

-Soy yo Alexa.- hago que me mire.

-Mi carita de ángel.- salta a mis brazos, su calor invade mi cuerpo.- Tengo mucho miedo.

-Tranquila estás delirando.- hago que se acueste, queda en ropa interior y le pongo los paños.

Su cuerpo sigue dando saltos, pasan unos veinte minutos y no veo mejoría, se afirma a mi cuerpo mientras caminamos en dirección a la bañera, se sienta dentro de esta, doy el agua y pone el grito en el cielo.

-Está como hielo.- intenta salir.

-No no señorita.- la detengo.- Toma mi mano y confía en mí o vas a morir de fiebre.

Se aferra a mi mano aguantando, en parte me gusta verla sufrir así ya que por su culpa me secuestraron, pero ni por más mala que desee ser no puedo, mientras dormía soñaba una y otra vez con el sujeto que maté.

-Puedo salir por favor.- hace pucheros.

-Bien ojitos de cielo al menos ya no deliras y eso es bueno.

-Gracias a dios mi cabello no se mojó.

Le paso ropa limpia del armario y una toalla.

Me acuesto en el sofá intentando conciliar el sueño, de apoco mis ojos de cierran hasta que casi me da un infarto.
Está parada a mi lado con el pelo cubriendole el rostro.

-Se puede saber que haces?.

-Podrías dormir conmigo, la fiebre se me pasó pero podría volver.- se abraza así misma.

A pesar de todo el sofá es un poco incómodo y algo pequeño.

-Yo al rincón.- me pongo de pie.

-Ahora ayúdame a llegar a la cama que creo que se me abrieron todas las heridas.

Tomo mi cabeza buscando el botiquín, hago lo mismo que hace un rato, había olvidado que con el agua los parches se salen.

La cama está buenísima, río al escuchar cada quejido que da al acostarse, me sobresalto al sentir sus brazos rodear mi cuerpo.

-Se puede saber que haces?.

-Si me vuelve la fiebre así sabrás de inmediato.- susurra en mi oído.- Descansa carita de ángel.- da un tierno beso en mi cuello haciendo que estremesca.

-Descansa ojitos de cielo.- susurro al notar que ya se ha dormido.

No puedo creer que esté durmiendo con ella de cucharita, esto es insólito pero a la vez es muy agradable.

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Que relación más loca la de estas dos!!

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