30-Todo Por Ella

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Mis manos sudan heladas al tener una pistola en mis manos, tengo un pasamontañas puesto en mi rostro, apunto al guardia que impide que avance a abrir las puertas para que los chicos la puedan sacar, saco impulso de no se donde, le doy un tiro en la pierna, cae de rodillas, aprovecho para noquearlo y quitarle la radio de comunicación.

Les aviso que ya pueden entrar con las tarjetas de identificación, me siento en frente de las pantallas que muestran lo que está pasando en el lugar, casi se me sale el corazón al darme cuenta que están en la celda de Beatriz.

-Alexa tenemos un pequeño drama.- me informa Sabina por la radio.

-Que está pasando?.- me pongo tensa.

-No está aquí.

Golpeo con todas mis fuerzas el escritorio, no puede ser posible.

-Interroga una de sus compañera, de seguro sabe algo.- me tomo la cabeza.

Demora un minuto aproximadamente, logro escuchar como hablan.

-Está en enfermería.

-Solo quedan cuatro minutos, rápido por favor.- les imploro.

Sigo con mis ojos todo lo que hacen, vamos que se puede joder, se me eriza la piel, me giro y ahí está ese maldito guardia apuntandome. Levanto mis manos en señal de rendición, me ordena que le de mi pistola pero me niego empujándolo con todo mi cuerpo, caemos al piso quedando sobre él, lo golpeo con la pistola hasta me implora que pare, caigo a la realida, me pongo de pie arrancando de ahí.
Solo deseaba matarlo, creo que me estoy volviendo como ella.

Quedan solo dos minutos para que lleguen los otros guardias, estoy empezando a perder la paciencia así que corro hacia la enfermería, me los encuentro apuntando a las enfermeras que la cuidan, Sabina me toma del brazo evitando que la vea, pero que demonios, me quito del agarre apartandola y me acerco a la camilla.
No no no, está en los huesos, su cuerpo tiene demasiados parches leo el reporte medico que está al lado de ella, al parecer la operaron porque le apuñalaron un pulmón, maldita sea, acaso dios y todos los santos no quieren que estemos juntas o que.

-Nos la llevamos igual.

-La podemos matar.- me mira Alicia preocupada.- Pero si fuerte aguantará.

Uno de los chicos la toma en sus brazos con cuidado, lo rodeamos para protegerlo de todos lados.

Avanzamos por un pasillo que da directo a una puerta de salida, nos detenemos al ver entrar a cuatro guardias, el tiempo se nos ha terminado, detrás de ellos aparece mi padre. La sirena empieza a tocar por toda la cárcel indicando la fuga, mi corazón se acelera y me gano por delante de los chicos enfrentando a mi padre, lo miro a los ojos intento que se de cuenta de que soy yo la que está escondida bajo este pasamontañas, parece ser ciego y me dispara en el pecho, caigo al piso poniendo mi mano en el lugar del impacto cerrando mis ojos, gracias a dios Sabina me obligó a ponerme chaleco anti balas, aún así duele mucho.

-Si alguien da un paso más les disparo a cada uno de ustedes.- habla mi padre furioso.

-Ya veo.- comenta Sabina.- Acabas de dispararle a tu propia hija, creo que la has matado.

-Nooo.- da un grito desgarrado.

Me hago la muerta, lo siento mucho padre pero este era nuestro plan b en caso de que algo así pasara, siento que está llorando a mi lado, es hora.

Escucho como las chicas abren la puerta, golpean por las espaldas a los guardias incluido mi padre dejándolos tendidos en el piso.

Corremos hacia la furgoneta entremedio de los disparos que nos proporcionan desde las alturas, nos metemos dentro de esta, creo que recién me sale el aliento, eso si que fue una verdadera adrenalina que jamas volvería a repetir.
Alicia conduce rápido por las calles perdiendo de vista las patrullas que nos estaban siguiendo, miro a Sabina sonriendo hasta que veo que está herida su abdomen está empapado en sangre, me gano a su lado con mis ojos lagrimosos.

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