Y Así, Comienza, Nuevamente...

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El silencio era sepulcral; nadie se movía, nadie peleaba, incluso ambas dragonas enfrentadas anteriormente por sus declives del pasado observaron tal desconcertante acontecimiento.

Whis se inclinó levemente para observar más detenidamente a la niña -¿Por que quieres pelear contra mi?- preguntó con su típica voz risueña no obstante suave.

Kanna infló sus mejillas cómo un niño al no recibir lo que quería, dirigiendo su dedo índice a Kanna y Elma -Ellas se están volviendo más fuertes a medida que pelean, lo puedo ver... ¡Yo no quiero quedarme atrás!- explicó en un berrinche.

Sonrió mientras observaba con interés -Si eres capaz de mantenerte de pié allá afuera te entrenaré, ¿Qué te parece?- inquisitivo preguntó entrecerrando sus ojos, esperando que aquellas palabras acariciasen el orgullo de la pequeña dragona lo suficiente.

Sin pensarlo corrió bajando los pocos escalones, sin embargo, cayó de bruces al suelo cómo un plomo, haciendo un pequeño sonido sorprendido.

Volvió a inflar sus mejillas, mientras se esforzaba tratando de recomponerse. Su cuerpo tembló del esfuerzo, logrando ponerse de rodillas y jadeando.

Goku estuvo a punto de ir a recogerla al ver cómo la niña empezaba a entrar en aparente pánico, pero se detuvo con una mirada sorprendida al verla apretar sus labios con fuerza irguiéndose totalmente.

Las cejas de Whis se levantaron, incluso Bills observó momentáneamente tal acontecimiento, rápidamente perdiendo su interés comenzando a rascarse una oreja con parsimonia.

Kanna al sentir que estaba llegando a sus límites de resistencia, con lentos no obstante desesperados pasos logró volver a pisar el suelo de la estructura no afectada con la gravedad, cayendo al suelo agotada.

Tohru se acercó rápidamente ante la preocupación plagada en su ser -¿Estás bien Kanna, te hiciste daño?- preguntó ayudándola a erguirse sobre sus piés nuevamente.

-Estoy bien Tohru-Sama- explicó con cansancio en su voz, aún sujeta de las manos de la hija del dios de la muerte, mientras que sus piernas temblaban levemente por el sobreesfuerzo anterior.

Whis a paso lento se dirigió a ambas dragonas, mientras que sus miradas chocaron con las del Dios -Superaste mi prueba Kanna Kamui, te lo volveré a preguntar... ¿Quieres ser fuerte?- preguntó dirigiendo sus orbes a Bills el cual se encogió de hombros, claramente sin importarle nada más que comer y dormir.

La niña asintió con fervor.

-Sin embargo- cortó Whis observando ahora con una mirada neutra, algo aterradora -Tengo una condición...- explicó.

Kanna inclinó su cabeza con clara incógnita esperando una respuesta.

Los segundos pasaron, siendo bastante largos y tensos para algunos.

El ángel se movilizó con la característica calma de su raza, quedando a un lado de Bills.

Se acercó a su oreja y murmuró varias cosas, el Dios Destructor, sea lo que estuviese escuchando, estaba sonriendo de una forma peligrosa, con clara aceptación cara a los planes de su asistente.

-¡Muy bien!- exclamó Whis de una palmada, aparentemente feliz -¡A cambio de comida deliciosa, te entrenaré!- sonrió observando a la niña.

Kanna parpadeó varias veces, hasta que de un momento a otro corrió y agarró con sus pequeñas manos el pantalón beige de Goku, observándolo con un brillo bastante peligroso.

El azabache sudó levemente nervioso, al fin y al cabo le recordó a Pan o Goten cuando le pedían algo, y bueno... era difícil negarse a las peticiones de unos niños capaces de destruir continentes; literalmente.

La niña comenzó a zarandear con fervor su pierna -Shenglong-sama por favor- su mirada se afiló -dale comida para que luche contra mi- suplicó.

Goku rió nervioso y se rascó la nuca levemente mientras que con su mano libre acarició momentáneamente la cabellera de la niña, ahora enfocando su atención en aquel azulado sujeto -¿Me entrenarías a mi también? Preguntó con un ápice retador.

Whis siguió sonriendo sin mostrar distinta reacción ante esto -Lo tenía previsto, si nos ofrecen comida deliciosa de la Tierra te entrenaré a ti y a Kanna Kamui- finalizó.

El azabache ante esto hizo una pose de victoria mientras que de un chasquido de sus dedos, una insondable cantidad de distintos platillos aparecieron descansando en una gran mesa alargada, digna de cualquier ceremonia de matrimonio.

A simple vista, cada platillo, teniendo desde una apariencia común a exótica, se veían todos que habían sido preparados con mucho cuidado por chefs del más alto nivel.

Cabe decir que los dioses lloraron cómicamente mientras trataban de probar y comer todo lo que tenían a su alcance, recibiendo distintos orgasmos culinarios a cada bocado que daban.

Tras pasar un tiempo del festín, Whis comenzó a observar detenidamente aquella dimensión a la cual accedieron gracias al azabache.

Debía admitir que era un lugar bastante interesante, sobretodo al escanear a más profundidad aquel lugar, dándose cuenta que el tiempo era distinto al de la Tierra.

Un día terrestre en aquella dimensión equivalía a un año, y la gravedad era fácilmente manipulable con sus poderes.

Los engranajes de aquel ser comenzaron a girar barajando las distintas posibilidades que podía brindar aquel lugar, y llegó a la conclusión de que era un lugar perfecto para entrenar a sus dos nuevos discípulos.

Tras esto, dirigió su mirada y andar al Saiyajin que se hallaba actualmente conversando con Elma y Tohru, pasando por alto el leve rubor que tenían ambas al estar con el azabache.

-Son Goku, he decidido que su entrenamiento junto al de Kanna Kamui lo pondremos en práctica en esta dimensión, ¿No habrá problema con eso cierto?- preguntó.

Estas palabras llamaron la atención del trío, siendo el Saiyan quién asintió.

-No hay problema, esta dimensión está vinculada a mi, y si la destruimos puedo volver a recrearla- explicó son una sonrisa mientras se rascaba la nuca.

Whis asintió sonriente.

...

Las ráfagas de viento aullaban con fuerza en aquella habitación infinita, mientras que Goku daba andada tras andada de golpes, siendo este iluminado por la poderosa aura del ssj4.

Sus golpes, aunque para consternación suya no acertaban en el blanco, dejó a Whis en claro que este Saiyajin no era un mortal, o mejor dicho semidiós, común.

Y también comprendió por qué su mejor alumno fue derrotado.

Una leve sonrisa cruzó sus labios mientras que su relajado seguía esquivando los golpes.

El universo 7... ha vuelto a ser tan interesante, cómo cuando conoció a Bills, por primera vez.

"Me pregunto... ¿Cuál será el verdadero límite de tu fuerza, Son Goku?"

Ese fue el último pensamiento de Whis antes de ponerse a la ofensiva, sonriendo levemente al noquear a su nuevo aprendiz de un golpe.

Son Goku el dios dragón de la facción EspectadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora