Choque de Colosos (2/2)

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Las venas pulsantes se marcaban por todo el cuerpo de Son Goku, siendo notorias incluso a través del pelaje rojizo del ssj4.

Miró detenidamente su mano derecha -Hace más de 100 años que no uso esta técnica, por suerte aún la domino al punto máximo- se dijo a si mismo.

Apretó sus puños y observó a Bills el Destructor de una forma salvaje -Para proteger mi mundo... ¡Debo superarte, Bills!- gritó de forma retadora y volvió a ponerse en posición de expulsar Ki.

Volvió a rugir con fuerza, mientras que el aura del Kaioken se volvía más espesa en su cuerpo -¡Triple Kaioken!- sentenció mientras que su corazón palpitaba al ritmo de la batalla.

Sentía que había nacido solo para ese preciso momento, mientras que innumerables flashbacks asaltaron su mente en un instante, cada enseñanza de sus antiguos maestros hacían eco en su consciencia.

Iba a poner en alto las enseñanzas de su abuelito, el estilo de la tortuga, el maestro Karin, Mr. Popo, el ex Kamisama de la Tierra y el Kaiosama del Norte.

Cada uno de ellos aportó una o varias piezas en el rompecabezas que conformaban su poder y persona.

-¡HAAAHH!- rugió, apareciendo al frente suya y estrellando su puño derecho al cuerpo del Destructor, el cual lo logró detener con sus brazos en forma de X.

-Nunca pensé que un mortal lograra hacerme sacar mi 80 por ciento, realmente eres alguien de temer- sonrió con ápices de emoción en su aura. Iba a disfrutar del combate que estuvo esperando por más de 300 años.

El universo comenzó a temblar de una forma exagerada, mientras que el conjunto de ambos grandes poderes se extendían por los 12 universos.

Duros, rápidos y precisos golpes de forma frenética colisionaban por todas partes del séptimo universo, mientras que incontables planetas se vaporizaban de la existencia.

Tras otro intercambio, Bills cambió su estilo de pelea de un momento a otro, tomando con la guardia baja al Saiyan, siendo impactado por un increíblemente doloroso golpe de kárate potenciado por la fuerza centrífuga de varias vueltas en el mismo eje por parte de Bills, rompiéndole todas las costillas y saliendo disparado a varias veces la velocidad de la luz.

El Dios jadeaba ligeramente, sin dejar de expulsar el 85 por ciento de sus poderes.

Nunca antes alguien lo había forzado a exigirse tanto en una batalla, ni siquiera sus compañeros de oficio, ya que desde que tenía memoria, él gozó de un poder superior a la media y, entrenando con su maestro, se convirtió en un dios verdaderamente poderoso.

Son Goku se recompuso lentamente del suelo de aquel planeta cual se estrelló.

Una bocanada de sangre se escapó de su boca, mientras que jadeaba por el ardiente dolor de su cuerpo, sosteniendo su estómago con su brazo derecho.

-Maldición...- susurró mientras que su consciencia amenazaba en perderse -No debo rendirme- murmuraba mientras lentamente volvía a ponerse de pié.

Cerró sus ojos tratando de ordenarse a sí mismo y meditar su siguiente movimiento.

Él sabía que estaba en sus límites y, aún que aún le quedase su carta de triunfo aún sin mostrar, esta era una táctica bastante rastrera, y no quería usarla.

-Le haré probar mi golpe final- pensó mientras que volvía a ponerse en posición de elevar su kit nuevamente.

Tras un gruñido, el aura del Kaioken volvió a envolver su cuerpo, mientras que apretaba sus puños y dientes ante el punzante dolor de sus músculos aplastar sus rotos y fracturados huesos.

Son Goku el dios dragón de la facción EspectadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora