La Vida Sigue

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Los días pasaron rápidos; muchas cosas sucedieron en torno a la vida del semi dios Saiyajin.

Desde los infernales entrenamientos de Whis, hasta incluso conocer a uno de los dioses más importantes del universo.

Varios días antes…

Los pasos resonaban tranquilos, haciéndose eco en aquel aparente infinito túnel multicolor.

Su corto cabello blanco junto al halo detrás de su espalda relucían por el gran abanico de colores que alumbraban aquel lugar.

Sus violetas ojos destellaron levemente y detuvo su andar, dirigiendo su mirada con aparente interés a un lado suyo, observando desde un pequeño portal cómo su hijo Whis entrenaba a un mortal que no había visto antes.

Normalmente esto no solía llamar su atención, pero la energía que exudaba aquel ser atrajo su interés de una forma bastante extraña, incluso para si mismo.

Observar a este mortal, Son Goku, escuchó decir de su hijo, le recordó por una fracción de segundo al mismo Zarama, el dios dragón.

Sonrió un poco más de lo habitual; quizás más tarde le daría una visita.

Finalmente llegó al aparente final de aquel camino, teletransportandose a la sala real.

Allí sentado en un trono conjunto a una mesa con un juego de billar hecha con planetas en miniatura, se hallaba un ser pequeño bastante extraño.

Este ente, al percatarse de la presencia de su asistente, lo observó con un puchero -Daishinkan, este juego ya me aburrió, tráeme otro- demandó aburrido.

El azulado ser se arrodilló momentáneamente -A sus órdenes, mi señor gran Zen-oh-sama- tras decir esto, se retiró.

Al poco apareció nuevamente en aquel extraño túnel, mientras que barajaba las distintas posibilidades para hacerle un nuevo juego a su Rey.

Varias pantallas aparecieron en su frente, estas se movían e intercambiaban con la propia voluntad de las manos del gran Sacerdote.

-¿Oh?- murmuró interesado viendo los distintos juegos que ofrecían las tierras de las cuales Son Goku habitaba.

Observando a una pelirosa y varias dragonas en forma humana jugando a un juego de carreras, ya tuvo una idea de que juego darle al Rey.

"Un juego de carreras de agujeros de gusano debería entretenerlo por un tiempo" pensó riendo levemente.

Tras darle el nuevo juego, el cual lo emocionó bastante, se tomó un tiempo libre para encargarse de aquel asunto que tenía pendiente.

Observando desde un holograma, visualizó a Son Goku, no obstante se hallaba durmiendo tras un intenso entrenamiento de Whis, supuso él, así que decidió ir a través de los sueños.

Proyectando su conciencia en la del Saiyan, lo vio sentado en una gran llanura de pasto verdoso, conversando con un gran dragón occidental.

Shenglong se percató de su presencia, y se impactó -¿¡D-daishinkan sama!?- rugió asustado, postrando su cabeza en respeto absoluto.

Goku se levantó, y acercándose con ojos curiosos, preguntó -¡Hola! ¿Quién eres?-

Ante tales palabras, Shenglong mandó a volar al Saiyan de un fuerte coletazo, suplicando disculpas a tal ente supremo.

Lo único que pudo hacer el ángel fue reír levemente -No te preocupes, pocos mortales conocen de mi existencia, y al parecer tu portador aún no hereda todos tus conocimientos, ¿Verdad?- preguntó sonriente.

Son Goku el dios dragón de la facción EspectadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora