El Nacimiento de un Dios Competo (2/2)

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La realidad se fracturó; los dioses quedaron sorprendidos una vez más. Whis observó con seria preocupación.

-¡¡AAAAAHHHHhhh!!- bramó el Destructor del Séptimo Universo, rasgando su garganta y forzando sus pulmones de forma casi frenética para lograrlo.

El grito de Bills generó poderosas ondas de choque que arrastraron planetas y estrellas por doquier.

A Son Goku le zumbaban los oídos y quedó momentáneamente cegado por una violenta explosión en un planeta cercano.

Cuando abrió los ojos, quedó en estado de shock al ver la nueva forma y poder de Bills.

El Destructor del Séptimo Universo había alcanzado un poder absurdo.

Antes, tenía un cuerpo bastante delgado, pero ahora exhibía músculos extremadamente hinchados y tensos, con extraños rombos de un perturbador color morado en su pecho y estómago.

Al parpadear, no supo qué sucedió, pero inconscientemente se alejó a una gran distancia tras una explosión, desde donde pudo observar cómo Bills enterraba su puño en su estómago

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Al parpadear, no supo qué sucedió, pero inconscientemente se alejó a una gran distancia tras una explosión, desde donde pudo observar cómo Bills enterraba su puño en su estómago.

Después de unos segundos, un intenso dolor lo hizo gritar y escupir sangre.

Son Goku agarró el brazo de Bills con ambas manos, intentando separarlo de su cuerpo, pero se sorprendió aún más al ver que era imposible.

Un ardor poderoso comenzó a perturbarlo y se dio cuenta de que el aura de Bills estaba destruyendo lentamente su cuerpo y alma.

Rápidamente y con urgencia, gritó -¡Óctuple Kaioken!- bramó con fuerza, mientras su aura apenas contenía el poder destructivo de la naturaleza de Bills. Con un poderoso puñetazo en la frente del destructor, logró alejarse y mantener una distancia prudente.

Se sujetó el estómago con dolor y observó los nudillos con quemaduras graves causadas por el golpe a Bills.

Apretó los dientes, observando a Bills. "¿Qué puedo hacer?", se preguntó el semidiós, abrumado por el poder de su oponente. "El óctuple Kaioken no es suficiente, pero si lo aumento más, no sé qué podría ocurrir", pensó con aún más seriedad.

-¿Qué pasa, Son Goku? ¿¡Acaso ya te vas a rendir!?- preguntó colérico el dios, mientras se abalanzaba nuevamente contra el Saiyan.

Son Goku no pudo reaccionar a tiempo y recibió un pesado codazo en el pecho, lo que hizo que su visión se volviera borrosa momentáneamente.

-Qué desperdicio- concluyó Bills, apuntando su palma hacia adelante.

Mientras tanto, Shenglong observaba todo con pánico desde el espacio mental compartido con su anfitrión.

-¡¡No!!- exclamó Quetzalcoatl, mientras los demás observaban con angustia el futuro que le esperaba al Saiyajin. Whis no pudo evitar suspirar.

Shenglong vio el ocaso en el espacio mental de Son Goku. -Kamis y el destino se alinean. Por mi culpa, la lujuria por el poder ha despertado en la humanidad, ansían cumplir sus deseos al reunir las siete esferas del dragón...- murmuró Shenglong. -Siento que mi existencia ha causado más daño al mundo que si no hubiera existido en primer lugar- volvió a murmurar.

Poco después, negó rápidamente con la cabeza. -No... ¡Yo soy Shenglong, un dios dragón que ha vivido su vida con orgullo y ha servido con honor a sus creadores!- sonrió mientras sus iris se iluminaban con un profundo tono rojizo. -Este será mi último deseo y regalo, amigo mío... ¡Derrota a Bills y muestra a los dioses el poder de la Tierra!- bramó con determinación en su corazón, mientras su cuerpo se desvanecía en partículas doradas que se fundían en el ambiente.

-¡Ha...!- intentó Bills ejecutar su técnica de borrado, pero fue golpeado una cantidad inimaginable de veces en todo su cuerpo.

Un grito monstruoso resonó en todos los rincones de los vastos universos, mientras innumerables partículas de estrellas de las galaxias cercanas eran atraídas hacia el cuerpo protegido de Son Goku, oculto dentro de un gran capullo luminiscente de una energía extremadamente pura.

Con el paso de los segundos, este capullo de energía crecía hasta alcanzar el tamaño de una estrella.

Finalmente, toda esta energía se fusionó gradualmente en un solo punto, revelando la nueva existencia suprema de un mortal que había alcanzado la cúspide de la divinidad.

Finalmente, toda esta energía se fusionó gradualmente en un solo punto, revelando la nueva existencia suprema de un mortal que había alcanzado la cúspide de la divinidad

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Con gracia, poder y habilidad, blandió el báculo sagrado que ahora portaba entre sus manos.

"Gracias, Shenglong… amigo mío. Nunca te olvidaré, pondré ambas razas en lo más alto, eso es una promesa" pensó Son Goku, tensando aún más el agarre del báculo sagrado.

Y tras esto, el caos de desató.

*nota del autor. Bueno, ha pasado un tiempo, quiero dar gracias a las personas que estuvieron a la espera. Ha sido una época difícil con estudios, trabajo y problemas familiares. Trataré de volver a estar activo nuevamente. Recuerden que si tienen alguna sugerencia no duden en decirla. Es el mayor orgullo para un escritor recibir la opinión del lector.

Son Goku el dios dragón de la facción EspectadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora