CAPÍTULO 15.

72 11 3
                                    

—Te mostraré algo, pero tienes que prometer que no vas a entrar en pánico.

Hablaban entre susurros como pequeños niños aún si estaban dentro de la habitación, encerrados en su totalidad. Ambos estaban sobre la cama, sentados con las piernas cruzadas uno frente al otro, uno con expresión confusa y el otro con una de advertencia mientras hablaba.

Sobre las piernas y entre las manos del pelinegro se cernía con duda el pequeño traste en el que Lan estaba todavía, con su abertura cubierta por una delgada pañoleta. Xiao Zhan aún no estaba del todo seguro en mostrarla, pero lo creía necesario; después de todo, ya habían pasado casi dos semanas de su emparejamiento.

Wang YiBo, aunque confuso, asintió despacio. —...Lo intentaré.

Xiao Zhan exhaló, haciendo un gesto de menor importancia mientras iba quitando la tela del artefacto, dejando a la pequeña ya completamente curada a vista de ambos. Ella sólo aleteó, sin decir o hacer nada, con lo que el castaño enarcó una ceja, viéndola y después al primero.

—¿Por qué tendría miedo de una mariposa herida?

—Ya no estoy herida.

El agente se quedó congelado, con su cara volviéndose una completa hoja de papel cuándo escuchó esa vocesita. Fue bajando lentamente su mirada a la que había hablado, abriendo sus ojos de más por el asombro y rigídez que lo inundaban.

Cuando iba a abrir la boca para exclamar, señalándola, Zhan se apuró. —Te dije que no entraras en pánico.

—Tarde.

Incluso Lan se reprimía de reírse. Tan genial; ahora hasta un insecto se mofaba de su incrédulidad. —¿Eso acaba de hablar?

Xiao Zhan encogió sus hombros. —Yo estuve peor; no fue nada apaciguante el conocerla cuando perdí mi primera vida en ese lugar...

—¿Quién es y por qué puede...?

El menor lo interrumpió de nueva cuenta, haciendo que Su se subiera a sus dedos para literalmente extendersela a la cara de Wang, que devolvió su brazo a su lugar por esos escalofríos que lo recorrían.

—Es Lan.— Dijo. —No preguntes como es que puede hablar, ni siquiera ella sabe cómo lo hace.

—...Ahora entiendo porque muchas veces te escuchaba hablar solo.— Pausó, pasando la yema de uno de sus dedos por el borde del ala de la pequeña. —Tú...

—No.— Farfulló. —No soy una falla, vine con él sin motivo.

La ignoraron después, absortándose ellos en cada referencia hecha por ella al haber dicho su última palabrería, saliendo de ésta más infinidades de preguntas. El hecho era, ¿Sólo fue con él por haber estado cerca? Sí así fuera, incluso el otro hombre que lo golpeó con esa botella hubiera transmigrado también; eso se descartaba en su totalidad.

No le hallaban una debida solución, por lo que por el momento eso quedó de lado.

—YiBo, has recordado ahora.— Confirmó el pelinegro. —Sabemos que Xu KaiCheng es el villano aquí, y que para salir de éste debe ser asesinado. Pero... ¿Y sí él no regresa?

Lan fue quien contestó, viendo que el antes nombrado no iba a hacerlo por su falta de conocimiento. Era obvio, llevaba menos tiempo de conocer esa realidad a diferencia de ellos. —Lo hará; no importa lo que suceda aquí dentro, siempre y cuando la misión se culmine, todos volveremos.

Wang YiBo meditó por ciertos segundos, prendiéndose un recordatorio en su cabeza. —Zhan, ¿Tú sabes que fue lo que te pasó antes de que vinieras aquí?

My Boyfriend Is A... ¿¡Videogame!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora