FINAL.

97 10 3
                                    

Un año después.

Xiao Zhan había vuelto a retomar sus debidas clases en la Universidad para poder terminar con su carrera; repitiendo de año por el tiempo en que estuvo desaparecido, además del que perdió por las veces en las que antes de todo pasó buscando a YiBo. Por supuesto, ahora no tenía nada que perder, ni nadie a quien seguir.

Era curioso, y algo aliviante para él. Los otros quienes estuvieron en su compañía dentro del juego regresaron. ¿Cómo? ¿Por qué? Ni siquiera él lo sabe. Su corrupto gobierno y autoridades habían mantenido sus idéntidades encubiertas, dándolos por muertos para después ser regresados a su normalidad con un debido ocultismo en ellos.

Nadie más que sus cercanos lo sabían. Si se miraban en las calles; eran pasados desapercibidos. Tan curioso; HaoXuan y YuBin residían en una Universidad cerca de la suya. LuSi estaba con él, en la misma institución pero en diferente facultad.

YiXing ya era graduado, como KaiCheng. Ellos no recordaban nada de lo que sucedido dentro del juego. Tal vez ni siquiera sabían que antes entraron a uno. Estaba feliz; no se acordaban de él, pero sí entre ellos, como siempre quisieron estar.

Sonreía por eso, justamente en el momento en que iba pasando por el patio del lugar para regresar al aula, viendo a A-Lu y KaiCheng juntos, con el segundo en la parte de afuera esperando por que la chica llegara a la reja.

Llegó. Cómo todavía portaba su guitarra por mera indicación de su maestro, antes de sentarse, de pronto mordió su labio inferior, dudoso. Así que abrió el estuche para quitarlo de ella y poder encaminarse al ventanal, quedando de espaldas a la puerta.

Anteriormente había tratado de interpretar otra vez. No lo logró; aunque sus manos ya no temblaban, simplemente él no podía terminar una melodía sin antes caer rendido ante cada recuerdo en su cabeza, haciéndole perder el precioso acorde para detonarse en su totalidad, a merced del dolor.

Claro. ¿Quién olvidaría a su único amor de la noche a la mañana? Aunque ya había pasado un año, lo sentía como el día anterior.

Tomó aire con profundidad mientras lo colocaba bien, a altura perfecta, con sus manos tocando la suave madera de su instrumento. Nadie lo miraba, nadie estaba escuchándolo, pero cuándo dió el primer acorde, su corazón palpitó fuerte.

Resultó, la melodía lenta que tocacaba era una de esas que nunca antes dió a conocer a nadie más que a YiBo. La que tocó para él cuándo se convirtieron en una pareja en el mundo real, y la que volvió a brindarle dentro del juego, haciéndolo recordar inconscientemente.

Había comenzado a entonar bajamente con su voz, sonríendo de vez en cuándo a la nada por esa letra que de pronto surgió en él. Cada palabra salía a flote aún sí en su mente no aparecía nada relacionado a su amado, pero eso era suficiente para saber que todo eso era para él.

—¿Zhan?

Brincó, deteniéndose tan rápidamente que la guitarra se resbaló de sus manos al igual que sus pies. La atrapó antes de que cayera, pero él tropezó, con las palpitaciones tan predominantes que incluso el maestro Lin se dió cuenta de ello, percatándose por el gesto divertido que puso en la cara al verlo actuar tan impresivo.

—Profesor. Yo...

—Tranquilo.— Lo acalló, negando en cálma. Después, al notar bien lo que sus palmas acariciaban, ladeó la cabeza. —¿No habías dicho... que no podías tocar? Lo haces perfecto, como antes.

My Boyfriend Is A... ¿¡Videogame!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora