Un chico de pueblo en la gran ciudad [UCDCEUPP #2]

Capítulo 4

La semana pasó volando y pronto llegó el viernes.

Estaba tumbada en la cama con los auriculares puestos mientras hacía los deberes cuando sonó la puerta. Molesta, me bajé de la cama y fui a abrir la puerta. Al otro lado estaba Lucy.

-¿¡Qué haces así todavía!?-exclamó al verme. Yo me miré. Llevaba unos shorts y una sudadera, lo normal para estar por casa.

-Pues hacer los deberes.

Lucy puso cara de indignación.

-¿Es que piensas ir así al parque de atracciones?-dijo.

-No, pensaba cambiarme ahora.-dije haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia. Lo cierto es que no quería ir. Los últimos días había estado ideando cualquier excusa que me librase de ir, pero no se me ocurría una lo suficientemente creíble, así que supongo que tendré que ir, muy a mi pesar.

-Pues venga, cámbiate ya. ¿O es que quieres llegar tarde?-me dijo mi amiga entrando en casa y cerrando la puerta.

-Cálmate Lucy, Joe vendrá a recogernos a las seis y son las cinco.

-Y media.-añadió ella.

Resoplé y me di la vuelta.

-¿Por qué estás tan ilusionada con ir?-pregunté mientras subía las escaleras.

-Me dijiste que vendría un chico guapo. A mi eso me basta para estar emocionada.

Puse los ojos en blanco. Esta chica es alucinante.

-No se como es el chico, ni si tiene novia ni nada. Solo se lo que me ha dicho Melissa.

Abrí la puerta de mi habitación y me dirigí al armario.

-No quieres ir, ¿verdad Jane?-me dijo Lucy apartando mis cosas de la cama para sentarse.

-¿Tanto se nota?

Cogí una camiseta y unas sandalias del armario y me fui al baño a cambiarme. Cuando estuve lista me hice una cola de caballo.

-¡Jane!¡El móvil!-oí a Lucy gritar desde el cuarto. Salí del baño y cogí mi móvil, el cual estaba sonando.

-¿Sí?

-Jane, soy yo, Joe. Ya estoy abajo.-oí la voz de Joe al otro lado de la línea.

-Vale, ya bajamos.

Colgué el teléfono e hice una mueca de disgusto. Solo rezo para que la tarde se pase rápido.

Llegamos al parque de atracciones. Joe aparcó el coche en el aparcamiento y fuimos hacia la puerta.

-Melissa me dijo que nos esperarían en la montaña rusa.-dijo Joe cuando entramos.

-Pues vamos allí.

Cuando llegamos vimos a Melissa y fuimos donde ella.

-¡Hola, Jane! Que bien que hallas venido.-me dijo antes de darme dos besos.

-Hola Melissa, esta es Lucy.-dije presentándole a mi amiga.

Ellas se saludaron y yo miré alrededor en busca de los que faltaban pero allí no había nadie más.

-¿Y los demás?-preguntó Joe, leyéndome el pensamiento.

-Mi hermano y su novia en la montaña rusa. Y él no se a dónde se ha ido.

-¿Y qué hacemos mientras?-pregunté.

-Si queréis podemos ir a otras atracciones. Seguramente los dos tortolitos nos lo agradecerían.

Empezamos a caminar.

-Yo quiero ir a la casa del terror.-dijo Joe mirándome divertido.

Yo lo fulminé con la mirada. Sabe que odio la casa del terror. En una de nuestras primeras citas fuimos al parque de atracciones y montamos en la casa del terror. Prefiero ahorrarme los detalles...

Sonrío al recordar ese día. La verdad es que ha sido una de las pocas veces en las que de verdad me he divertido con Joe, sin contar lo de la casa del terror.

-Yo no entro ahí.-dije.

-¿Por qué? Si es divertido.-dijo él.

-Si, a ti te pareció muy divertido, ¿no?

Él soltó una carcajada.

-Vamos, Jane. Si estabas monísima con esa expresión de terror en el rostro.

-Ya, monísima.

-Mira que dos.-oí decir a Melissa.-Con tanto amor por todas partes me voy a deprimir.

-No te preocupes, yo te entiendo.-oí decir a Lucy.

-Menos mal, no soy la única.

Las dos se echaron a reír. Yo sonreí. Me alegraba ver que se llevaban bien. Al menos Lucy si estaba disfrutando, no como yo que a cada minuto me daban más ganas de salir corriendo.

Al final llegamos a la casa del terror. Joe, Melissa y Lucy entraron dentro. Yo me quedé fuera. Me niego a entrar ahí.

-Venga, ven Jane. No seas sosa.-me animó Lucy.

-No, yo ahí no entro.-dije dispuesta a no dar mi brazo a torcer. Yo cuando quiero puedo ser muy cabezota.

-Bueno, pues como quieras.

Me quedé mirando como desaparecían por la puerta de la atracción y después miré a mi alrededor. Había un puesto de helados no muy lejos de allí.

Me dirigí hacia allí. Un helado no hace mal a nadie.

Me puse a la cola y abrí mi cartera para sacar el dinero.

-¿Jane?-oí detrás de mi. Espera. Esa voz...