Capitulo VIII

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Capitulo VIII

Nadim le narraba historias a Nubia cada vez que podía, los dos se veían de vez en cuando en el lugar de siempre y cuando algo se los impedía Ninive se encargaba de ayudarlos. A medida que terminaba el mes, Nubia podía notar como su soledad se esfumaba, las historias de Nadim la hacían sentirse completa y parecía que cada vez comprendía aún más los sentimientos de Fares hacia ella, quizás era la imaginación de la chica pero de vez en cuando se encontraba pensando en Fares y hasta extrañándolo cuando no lo veía, no como extrañaba a Nadim eran sentimientos totalmente diferentes por los que Nubia pasaba en velas sus noches intentando descifrarlos.

Las mañanas que estaba sola las pasaba rememorando las historias de Nadim y como su cabello negro brillaba a la luz de la luna, a veces podía sentir el su olor a desierto junto con un aroma mucho más masculino que no podía descifrar, era completamente opuesto a olor a limpio y a menta de Fares ligado con el azafrán, los dos chicos eran como el sol y la luna y Nubia comenzaba a quererlos a su manera

Muy de vez  en cuando el amuleto de Nubia no funcionaba  y ella maldecía  su humanidad, la magia había sido parte de su vida y ahora estaba destina a perderla, por lo que cada vez se le hacía más difícil hacer el amuleto funcionara, tenía que concentrarse más, esforzarse más por lo que llegaba tarde a sus encuentros con Nadim.

Ninive solía ver a la Princesa perderse en sus pensamientos aun cuando ella estaba, lo cual la hacía preguntarse en quién pensaba si en el príncipe o en Nadim, la chica había hecho todo lo posible por advertirle sobre ver a los dos chicos, ella debía casarse con el Príncipe y si alguien llegaba a enterarse Nadim lo pagaría muy caro, por lo que ella se sentía tan responsable, todo había su culpa se decía, pues ella había tomado la decisión de ayudarlos y ahora no sabía cómo deshacerla y aunque Nubia pensará que todo estaba bien, ella sabía lo que hablaba las personas del palacio sobre las peleas del príncipe y Nubia, nadie sabía con certeza por que discutían pero esos días veían al príncipe sin ánimos.

Ella sabía la razón de sus disputas, eran sobre lo que Nubia veía en sus salidas con Nadim, él chico le estaba mostrando el mundo como debía conocerlo una futura reina de Nuhria, se sentía decepcionada de Fares y siempre terminaban molestos por pensar distintos, la chica sabía que el príncipe no era un mal hombre pero las decisiones que había tomado sobre seguir el consejo del hechicero Botrus lo había hecho tomar un mal camino.

Una mañana cuando ya faltaba poco para que comenzará el mes de la lluvia Nubia percibió que el palacio se encontraba en movimiento, podía escuchar los pasos apresurados por la porcelana, algo estaba pasando o quizás o algo estaban preparando, sintió miedo por un momento. Tal vez Fares se había cansado de esperar y había decidido casarlos, si ella se casaba con el príncipe sería imposible ver a Nadim y entonces sintió que algo estrujaba su corazón, su amiga también lo noto, por lo que salió a investigar y al rato regreso junto a Botrus y Fares.

Nubia se incorporó de inmediato y se preparó para lo que podrían decirle pero la mirada del príncipe era de felicidad, lo que la hizo preocuparse aún más, Botrus también la observaba sólo que el rostro del hechicero era una sombra indescifrable.

—Nubia—dijo Fares tomando las manos de ella—.  Sé que hemos tenido nuestras diferencias pero eso no ha hecho que deje de amarte y ahora con esta buena noticia todo se solucionara. 

La chica lo miro todavía más confundida, busco descifrar el rostro de su amiga pero el mago se lo impedía.

—Lo sé, lo sé — repitió Fares. Debes estar muy confundida ahora pero te lo explicara luego, solo necesito que te arregles, Ninive ayuda a Nubia a vestirse y acompáñala a las habitaciones reales.  Después de eso salieron de la habitación sin esperar a que la yinn se inclinara.

Los lobos de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora