Capitulo VI

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        Nubia se levantó con una sonrisa  había tenido un sueño con sus hermanos, ellos conocían a Nadim y aprobaban su comportamiento, se alegraban de que Nubia tuviera un amigo, aunque le advertían que debía tener mucho cuidado porque sus padres sabían de sus  encuentros y  no los aprobaban, aun así la animaban a que siguiera, entendían que no era feliz encerrada en el palacio y querían que ella disfrutara su vida como humana.

La yinn observaba dormir a la princesa, por lo general sus sueños eran tristes, esta vez se veía que estaba feliz, salir del palacio la había ayudado pero a la vez sentía miedo por ella y por lo que pudiera pasar si la descubrían, sobre  Botrus se percataba de todo, la había estado presionando para que le contara lo que sabía de Nubia, el hechicero estaba interesado  en saber si aún conservaba su magia y  ella apenas podía soportar los largos interrogatorios durante la noche.

Su naturaleza servicial había hecho que quisiera ayudarla por eso le había dado el amuleto para que así pudiera escapar de la opresión del palacio pero no sabía si sus actos estaban en lo correcto, de alguna forma siempre había consecuencias y ella no quería que nada malo le sucediera a su inocente princesa.  Ninive sabía que Nadim era buen chico pero también conocía como trabaja el destino y no había sido una casualidad que Nubia se encontrara con él en su primer día  en Nuhria.

Ninive conocía esa mirada en los ojos de Nubia porque ella también lo había sentido con Bashir.

Se percató de como la princesa aún se encontraba demasiado soñolienta como para poder contarle lo que había sucedido,  notaba que Nubia quería seguir durmiendo pero ya era hora de despertarse. Se veía que había pasado toda la madrugada con Nadim y que  para cuando había llegado a su habitación ya estaba amaneciendo, había tenido suerte de que el Visir no se percatara de su ausencia.

La yinn haló las sabanas que cubrían su cuerpo y descubrió el vestido sucio de Nubia, estaba lleno de arena y su cabello esta revuelto en una maraña que a Ninive le costaría arreglar, por lo que le dio una mirada desaprobadora y se sentó al borde la cama esperando una respuesta de la chica.

Nubia no sabía si contarle a su amiga lo que había dicho Nadim, ella sentía que él debía ser su secreto, no quería meterlo en problemas, por otro lado, confiaba en  ella. Sin embargo,  también le había mentido así que decidió comenzar por ahí.

--¿Por qué no me dijiste nada sobre la pobreza en Nuhria?—la mira de Nubia era acusadora--. Me mentiste… igual que Fares.

--No, princesa yo quise hacerlo pero el amo Botrus me dijo que no debía contarle nada sobre el reino—. Le hablaba con sinceridad.

--. Princesa, no se moleste con el Príncipe Fares, él está dominado por su padre y los deseos de Botrus.

Nubia lo medito por un instante, no conocía al Sultán Charif, todo lo que había podido hablar con el Príncipe sobre su padre era estaba muy enfermo y que no podía moverse de su alcoba por lo que no podía visitarla.

--El Sultán está enfermo Ninive no veo cómo puede controlar a Fares—Nubia se negaba a creerlo.

El rostro de Ninive se volvió muy serio.

–Escuche, el Príncipe sólo se preocupa por su padre, por lo que deja que el hechicero tome todas las decisiones. El malik siente que es muy joven para gobernar pero todo eso cambiara cuando se case contigo Nubia.

--Debería comenzar a cambiar desde que su padre se enfermó, así no actúa un Rey, al pueblo le convendría que tomara sus propias decisiones como… —Nubia se interrumpió como si quisiera deshacer sus palabras--.

Ninive también la interrumpió, ella no debía compararlos. –Nadim no tiene el peso de un pueblo en sus hombros Nubia—la reprendió--.

Nubia solamente pudo callar.

Los lobos de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora