Nadim se encontraba trabajando en la forja cuando vio pasar a Ninive, recordó como Nubia le había hablado de ella días atrás, al parecer ahora trabajaba en el palacio y era la ayudante de la Princesa. El chico siguió la siguió con la mirada, era muy extraño verla por allí y más hablando con los mercaderes, tal vez siempre lo había hecho y era la primera vez que la notaba por su conexión con Nubia.
La chica lo pillo mirándola y le sostuvo la mirada un largo rato, Nadim maldijo por lo bajo, él había jurado la noche anterior que no buscaría a la Princesa, eso sólo le traería problema, no le importaba romper su promesa pero al ver a Ninive allí hacia que todo su interior quisiera correr a preguntarle por Nubia, esa chica lo hacía cambiar, él nunca había sido un hombre impulsivo. Sin embargo, no podía evitar preocuparse por ella todas las noches, le habría gustado tener una forma de comunicarse y saber que estaba bien, por lo que no había podido conciliar el sueño y había pasado noches en vela imaginado la suavidad de su mano y su sonrisa inocente.
Después de unos días interminable se había jurado a si mismo que no iría a buscarla, además era una misión casi imposible, no podía entrar en el palacio y ni en un millón de años se volverían a encontrar en el barrio pobre, eso había ocurrido por pura casualidad y la ayuda de la gata, que no había vuelto a ver, le costaba aceptar que la extrañaba, tanto que afectaba su trabajo.
Nadim se encontró tratando de ignorar todo lo que pudo a Ninive pero se había concentrado tanto en hacerlo que estaba dañando la espada, eso le traería perdidas al negocio, debía dejar de pensar en cometer locuras, eso no eran cosas de él sino de Bashir, él era el que perdía la cabeza por las mujeres y si él hubiera sido quien conocía a Nubia no habría dudado en buscarla y enamorarla para luego dejarla como si nada. Al chico le molesto la idea de su amigo cerca de Nubia.
Ninive ya no sabía cómo hacer para llamar la atención del chico, en todos los años que tenía jamás había entablado conversación con él, ni si quiera cuando era novia de Bashir, por lo que ella estaba comenzando a pensar que todo había sido imaginación de Nubia era imposible que hubiera hablado con Nadim, cuando el chico sólo la ignoraba por completo. Ella ni si quiera sabía qué hacía allí, la princesa no se lo había pedido y quizás esos encuentros a la larga le podrían traer consecuencias a las dos pero Ninive no podía dejar de pensar en cómo se había iluminado los ojos de Nubia a causa de Nadim, esa salida la había cambiado para bien o para mal, se veía más abierta y alegre, era como si la soledad se hubiera esfumado gracias a él, lo que era aún más extraño.
Nadim estaba haciendo todo lo posible por terminar su trabajo cuando sintió el olor a piel chamuscada, si querer había dejado su mano expuesta a la forja y se le estaba quemando, el dolor hizo que la retirara rápidamente pero esta ya se encontraba roja, seguramente el chico tendría una quemadura de primer grado. Su amigo el chico tigre lo había estado observando durante largo rato, corrió a vendarle la mano pues se veía bastante mal.
--¿Qué diablos te pasa?—le preguntó mientras lo vendaba--. En todos los años que tengo conociéndote jamás te había pasado algo así. Pero su amigo no le estaba prestando atención, Nadim tenía la mirada fijada en Ninive, la chica que Bashir había engañado.
Las cosas no habían terminado bien entre ellos dos y todo era su culpa. Después de la muerte de su madre no quería saber nada del mundo y se había alejado de ella. Luego, un día en la herrería, la gemela se había ofrecido a hacerlo olvidar todo, no podía justificarlo con eso y el chico tigre lo sabía pero estaba borracho hasta las metras y había visto a una de las hermanas como Ninive y de ahí todo se había ido al demonio, ni si quiera intento buscarlo pues sabía que ya no la merecía. Ahora lo que no entendía era porque su amigo de toda la vida y el amor de su vida se hacían ojitos.
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Los lobos de medianoche
FantasiDesde el principio de los tiempos los Khalidas y los Khaun han sido los protagonistas de las constantes disputas, al momento de tratar los problemas del mundo errático, para los humanos las decisiones del Sol y la Luna han de ser cumplidas. Por lo...