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Por la mañana, me había levantado para desayunar y así esperar a que Kim me contara un poco sobre que es lo que anda pasado. Una vez listo, bajo hacia la cocina, en busca de un buen café ya que no había pegado ojo en toda la noche. Si bien la habitación era de lo más cómoda, el odio que sentía hacía Kim no me había dejado dormir.
-Buenos días Jungkook-
-Buenos días señor Kim-el maldito ya estaba despierto, ¿cómo iba a tolerarlo desde tan temprano? No lo sabía.
-Ya dije que no me trates de señor Jungkook, tengo dos años más, no cincuenta y dime Taehyung -
-Disculpe Taehyung-maldito, juro por mi familia y por todo mi clan que la va a pagar
-sentate, es así. Solo te voy a decir algo, una vez que ya estés contratado oficialmente te revelaré el resto. Un clan de lobos quiere mi cabeza, y no es una forma de decir. Son hombres lobos, existen-Wow no me digas que existen, soy uno je- están enojados conmigo, incluso quisieron matarme en una ocasión, yo estaba de cacería común y el jefe de ellos me atacó-Ay si cómo no, soy ese jefe que te mordió el brazo pero el que empezó esto fuiste tú imbecil-
-Así que usted quiere que lo proteja de... ¿lobos?-reí con sorna
-hombres lobos Jungkook. Poné atención. Son bestias despiadadas. No quieren relacionarse con nosotros. Mi padre me enseñó y me mandó a una escuela donde explicaban sobre ellos para así cuando crecía tenga cuidado. Mi padre tuvo que matar a varios por atacarnos cuando era pequeño...-dijo con tono nostálgico.
El maldito hijo de perra decía que nosotros no queríamos socializar, según él toda la culpa es nuestra. Le deben haber lavado la cabeza en esa escuela sino no se entiende que sea tan hueco.
-Okay, muchas gracias por compartirlo.
-ahora, vamos a salir, iremos de compras. Mi guardaespaldas tiene que vestir de traje, perdón que lo diga así, pero esa ropa es muy casual.
¿Ahora qué tenía de malo mi ropa? El imbécil se atrevía a criticar mi ropa después de haber criticado a mi clan e inventar cosas nuestras. Lo mato o lo mato. Pero no es tiempo. Calma Jungkook, no te dejes llevar por tus impulsos. Este malnacido se merece una muerte dolorosa.

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