Abigail
- Claro que lo puedo sentir, idiota! - respondí gritando y sollozando por el dolor que me producía los filos de esa cuchilla arrastrando mi piel.
- No te enojes! - exclamó para luego succionar la sangre que brotaba de la piel de mi pierna izquierda y resbalaba mis muslos hasta mis pies empezando a ascender de mis pies hasta mis muslos.
No sabía si era más bien dolor o era ¿placer? lo que sentía, pero algo me pasaba. Empezó a besar mis muslos y a darle leves caricias como si tocase algo delicado. Veo que se mira las yemas de los dedos y los pasa suavemente por sus labios dejándole un brillo rojos en los mismos.
- Oh dios mío! - exclamé exagerada y me miró divertido. Veo que se relame el labio. Qué será lo que quiere de mí? Sigo sin entender, mi mente no está procesando lo que acababa de pasar.
Se levanta poniéndose de pie para encararme, recuesta sus manos sobre la pared poniendo sus brazos alrededor de mi cintura. Al mirarlo a los ojos lo percibí, había lujuria dentro de ellos. Oh no!
- Eres virgen? - preguntó así tan campante, yo lo miré frunciendo el ceño, era seguro que mi sangre llegó a mis mejillas.
- No - miento tratando de no ponerme nerviosa - Ni se te ocurra! - advierto frunciendo el ceño y moviendo las cadenas que me atan de manos y pies.
- No te muevas! - dice tratando de sostener mis brazos para detenerme, y lo hace - Tranquila, hoy no será la ocasión ..- el tono de llamada de su celular lo interrumpe.
Él se aparta de mi y se va a atender la llamada pero no sale del sótano y se dirige en la esquina volviendo a mí trayendo consigo un pañuelo blanco por una mano y con la otra sostiene el celular en su oído.
- Ya cumpliste con lo que te dije? - dice pasando ese pañuelo por mi pierna herida a causa de su corte, está limpiando la sangre que creó el corte - Perfecto! - exclama - Puedes llamar por mí a Joey y decirle que se queden en la casa de Joe, nadie estará en la mansión y no quiero problemas con el padre de Joelle. Te quedó claro? - hablaba con autoridad en su voz, realmente dominante y seguro - Bien..Adiós! - cuelga la llamada y vuelve a poner su celular en el bolsillo de su saco - Cambio de planes! - murmura y empieza a desvestirse.
- Qué rayos haces? - le pregunté incrédula.
Se me acercó al oído y susurró - Voy a bautizarte como mi nueva chica máquina número 28 - luego empezó a manosear mis muslos y gemí de dolor por mi muslo herido que aún me dolía.
Metió sus manos bajo mi vestido, empezó a bajar lentamente mis bragas y éstas cayeron solas hasta mis pies. Lamía, mordisqueaba y succionaba mi cuello desenfrenadamente. Se me escaparon gemidos que provocaron una risita de su parte.
El placer que producía en mí logró que lo tocara y sintiera su espalda desnuda. Cuando apegó su cuerpo aún más al mío sentí su erección creciente bajo sus bóxers, eso hizo que gimiera otra vez. Toma mis manos y prácticamente me obliga a que le baje los bóxers, yo sin más se los bajo un poco ya que las cadenas impedían estirar mis brazos lo suficiente, por lo que veo después él se encarga de quitárselos sin apartar sus labios de mi cuello que sigue jugando con él.
Finalmente se detiene y se aleja un poco de mí, me examina de pies a cabeza. Yo tan sólo con mi vestido, descalza y mis bragas en mis pies sin poder moverme lo suficiente, y él completamente desnudo. Cierro los ojos y bajo mi cabeza ante la verguenza de mirarlo así, siento su mano en mi barbilla levantando mi cabeza, abro los ojos con la seguridad de ver su rostro. Aleja su mano de mi barbilla para luego romper mi vestido con tanta fuerza. Yo quedo atónita ante su acto, acaba de romper un vestido de 250 dólares que me compró mi padre por mi cumpleaños de una prestigiosa tienda. Luego de arrancar mi vestido, hace lo mismo con mi sostén, este hombre de verdad que está loco pero hizo que lo deseara, maldito sea!
Ahora ambos estábamos completamente desnudos, él manoseaba uno de mis senos mientras iba acercándose nuevamente a mi cuerpo, sus labios volvieron a mi cuello jugando con ellos. Sin más, me penetró moviendo sus caderas con una gran potencia, eso hizo que pegara un grito de los mil demonios aferrando mis manos a la pared. Él asustado por eso alejó sus labios de mi cuello para mirarme frunciendo el ceño, yo simplemente tapé mi boca con mis manos.
- Qué te ocurre? - preguntó. Yo sólo negué con la cabeza - Demonios, Abigail! No provoques mi enojo! - advirtió y tuve que decirle la verdad por miedo a algo que me pueda hacer.
- Mentí - fue lo único que dije sacando mis manos de mi boca y aferrándolos nuevamente a la pared. Él parece que no capta el mensaje.
- En qué me mentiste, Abigail? - dice a regañadientes frunciendo el ceño.
- Era virgen - recalco la palabra "era" porque me acaba de desvirginar.
Él abre los ojos como platos realmente sorprendido - No puedo creerlo! - exclama sonriendo - Dónde has estado toda mi vida? - pregunta divertido para luego continuar con lo que estaba haciendo.
- No seas tan duro, por favor! - exclamo a punto de llorar.
- Shh - resopla en mi cuello haciendo caso omiso a lo que dije.
Continuó jugando con mi cuello mientras me embestía salvajemente y sus manos exploraban cada parte de mi cuerpo. El dolor iba desapareciendo rápidamente que en vez de gemir de dolor empecé a gemir de placer. Aferré mis manos a las cadenas enredándolos en mis antebrazos y gemía desenfrenadamente tanto como me embestía.
Para ser mi primera vez se sentía bastante bien, no podía creer lo que este hombre hizo conmigo y aún sigo sin creerlo, me tiene encerrada en el sótano encadenada follándome desenfrenadamente. Ahora no pensaba en enojarme ni desquitarme porque estaba realmente excitada llena de placer.
- Te gusta, Abigail? - susurró en mi oido y yo me limité a asentir con la cabeza - Puedes sentir el dolor? - preguntó acelerando sus embistidas.
- Si..sigue! - exclamé apenas gimiendo.
- Me encantas, pequeña! - lamió mi oreja para luego besarla.
- Continúa! - me quejé de que iba cada vez desacelerando sus embestidas.
Apretó mis caderas con sus manos clavando sus uñas en mi piel, luego me obedeció y aceleró sus embestidas a un nivel que creía que explotaría. Por dios! Que hombre!
Gemía su nombre contínuas veces llevando mi cabeza hacia atrás y arqueando mi espalda, él lleva una de sus manos a mi nuca levantando mi cabeza para besarme. Su beso era salvajemente apasionado, parecía que su lengua atravesaría la mía. Sus brazos rodearon mi cintura bajando a mi trasero, los aprieta con cierta fuerza que gimo en su boca.
Continuamos así por varios minutos hasta que aparta el beso y siento un líquido derramarse dentro de mí. Esperen! Es su sémen! Oh dios mío!
Sale de mí, me da un pico más y se aleja dándome la espalda.
- Ya estás bautizada! - exclama exhausto y apunto de salir del sótano - Te traeré ropa para que te vistas, preciosa - voltea su cabeza, me guiña un ojo y sale desnudo del sótano.
Veo el desastre que causó, mi vestido roto, su saco, camisa, pantalón y bóxers tirados, mi sostén también roto y mis bragas que aún siguen en mis pies, levanto mis pies y con un pie lanzo a un lado mis bragas.
Desenredo las cadenas que puse en mis antebrazos, cosa que causó el placer que sentía. Ahora me siento una total estúpida, estoy a mercéd de un hombre que necesita un psiquiatra, por qué no se paga uno si es tan millonario. Acaba de quitarme la virginidad y me tiene encadenada en un sótano que me espanta, aunque debo de admitir que me encantó pero estoy muy enojada por esto. No entiendo qué es lo que realmente quiere de mí. Acaso me quiere como su esclava sexual? Por qué me llama "Su chica máquina número 28"? Qué significa todo eso? Estoy realmente muy confundida y muy asustada de lo que ahora pueda hacer conmigo este hombre.
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Hasta aquí el capítulo por ahora.Capítulo hot dedicado a @samoubiystvo21
Gracias por leer y comentar, estás bien loquisha tú :3 xD
No se pierdan los próximos caps♡.Continuará. >>
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I am machine
FanfictionColby López, un hombre multimillonario que tiene una extraña afición hacia los objetos punzantes y las cadenas. Abigail Nichols, una jóven estudiante de periodismo a punto de graduarse. Colby cree ser una máquina que no siente dolor, no siente amor...