capítulo doce.

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¿Cuántos dias llevaba trabajando? Solo dos días. Dos malditos dias y estaba completamente harto de su empleo. 

Pensó que quizás sería algo bueno tener su propio dinero para poder rentar, aunque sea, un departamento decente. No tuvo en cuenta que ser cajero en un Mc Donald's no era una muy buena idea.

Dedicó todo el día del sábado y el domingo al trabajo. Le dieron un puesto de cajero. 

Se iba por la mañana temprano y llegaba muy tarde de noche al hogar de su amigo. Solo quería tirarse en el sofá y dormir. En sus descansos laborales, solía tomar una taza de café de maquina con un cigarrillo, nada mejor para mantenerlo despierto y activo.

Era lunes por la mañana y estaba feliz porque, a pesar de trabajar, ese día saldría más temprano. Se levantó para dirigirse al baño y proceder con su rutina diaria. Bebió una taza de café, tomó una ducha y cepilló sus dientes. Tomó su respectiva mochila y puso sus pertenencias dentro, para luego ir directo a su —nuevo— trabajo.

Llego justo a horario, ni muy tarde, ni muy temprano. Fue directo al baño para colocarse su uniforme y comenzar el día. 

—Lo bueno—, según él, era que a la mañana no iba mucha gente a comer, solo unos pocos.

Se dirigió al mostrador y esperó hasta que las personas comenzaron a entrar.

A lo lejos, justo en la entrada, vio un grupo de tres chicas quienes le resultaban muy familiares. Las amigas de Megan. Las odiaba, realmente lo hacía. 

Obviamente se acercaron hacia el mostrador en el que él estaba atendiendo.

Ligeramente bajó la cabeza, para que no lo reconozcan—. Buen día, ¿Qué puedo servirles? 

La chica rubia que reía muy alto habló primero—. ¿Louis? ¿Eres tú?

No era novedad que las amigas de su ex novia lo odien tanto, Megan siempre les habló mal de el. Eran esas típicas amigas falsas que jugaban entre ellas para competir entre quien es la más millonaria.

— Así es, Jenna. Soy yo. —Suspiró—. Que tal, Paige, Betty. —Saludó a las otras chicas, quienes lo miraban de arriba a abajo, con una ''disimulada'' expresión de asco en sus rostros.

— No creí que terminaras así .—Lo señaló—. Trabajando aquí.

— Es lo que nos toca a los que no nacemos en cunas de oro. —Resoplo, no tenia ganas de que arruinen su día.

— Me he enterado lo de Megan. Es una pena ¿sabes? Como un chico como tú, se siente capaz de engañar a una mujer como lo es ella. No te merecía.

— Definitivamente eras mucho para ella. Demasiado, diría yo. —Argumentó Paige.

Disculpen, pero estoy trabajando y no quiero hablar del tema. —Louis las corto cuando vio que querían seguir hablando—. De nuevo, ¿Qué puedo servirles?

Luego de que las mujeres se retiraron del local con su pedido, Louis soltó un gran suspiro. No tenia idea de la clase de mentira que Megan les había inventado a sus amigas, como el hecho de que el la engaño. Nunca pasó.

No quería tener nada mas que ver con su ex novia, ni siquiera con su existencia. Decidió que al día siguiente iría a buscar todas sus cosas a la casa que compartía con ella. Estaba cien por cien seguro. Esa relacion merecía un fin.

A las seis de la tarde, su día laboral había —por fin— acabado. Se vistió de forma casual y salió directo para la casa de Luke. Él se manejaba siempre en una bicicleta que Taylor le había regalado una vez, para navidad.

home exchange. [L.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora