Cinco años han pasado, desde que ambos separaron sus caminos.
Marinette se quedo en Paris, observando cada día el cielo azul donde ese chico desapareció en su vuelo a Oxford. Junto a sus amigos continuo su camino, ya toda una estudiante universitar...
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¿Cómo terminar tu día universitario de peor manera?
Con los pechos de tu amiga a quien ves como una hermana pequeña en tu espalda. Esto si era molesto, más si no dejaba de moverse tras de mí. Ya me dolía la jodida espalda por tener la clase con la vieja loca y decrepita, por no decir fósil, Jones.
Solo me faltaba tener a Bridgette molestando las veinticuatro horas del día. Ahora mismo, podía ver nuestro vergonzoso reflejo en las ventanas de la sala de estudio. Donde me dirigía para terminar mi fatídico día con la maestra Jones. Necesitaba descansar un momento y llenarme de suspiros en la biblioteca de la universidad.
He adquirido ese habito desde que llegue a Oxford.
Pasar horas y horas leyendo libros, ilustrándome con las enciclopedias de la historia de la fotografía. En búsqueda de evadirme al igual que siempre. Me he acostumbrado de pequeño a ello. Aunque a los quince año mi manera de evadirme se volvió sumamente turbio y descuidado. Agradezco a la poca cordura que siempre haya usado preservativo. Si no, debido a mis malas mañas, sería padre mi miles de enanos.
Esa será una historia para nunca contar. Menos a las personas que se encuentran jodiendome la existencia y al mono que tengo encima.
—Bridgette, estás montando una escena. Otra vez —menciono la japonesa tras de mi y el mono tras mi espalda solo se sacudió contra mi columna. Las fulmine a ambas con la mirada y de paso al otro que las acompañaba. Al rubio de buena figura y elegancia nativa—. Aunque se merece el bochorno por abandonarnos ayer en el cine.
Gracias por nada, Gami.
—¡Eso! ¡Eso! —empezó a moverse más fuerte y ahora si me irrito las bolas y la poca mierda de paciencia que no tengo. Más cuando restregó su melosa mejilla contra la mía—. ¿Por qué nos abandonaste ayer, Adry~? Mira que creí que la morena tetona de la peli te gustaría.
—Mis gustos son... —enfermos, quise decir. Pero las palabras no salieron de mis labios—. Especiales.
—Apuesto que te masturbarías con esa rubia, ¿No, Kagami? —estaba seguro de que no le quitaba el ojo a la chica en busca de aprobación. Y justo como creía, Gami le dio el chance de asentir—. ¿Ves? Ahora dilo, ¿Por qué te fuiste, pesado egoísta?
—Tenía mucha tarea —mentí.
Igual que siempre lo he hecho.
—Como si fuera a creerte con el alto promedio que tienes, nerd —dijo Felix en contra de mi afirmativa falsa—. Ser el mejor de nuestra generación no te ayuda en las falacias, Adrien.
Genial. Ahora todos estaban en mi contra. ¿Acaso ya no se podía no ir al cine por gusto? Tampoco es que las veinticuatro horas del día la pase estudiando. Al menos no los domingos. Ya que en la noche me dedicaba a jugar Genshin Impact o ver las novedades de Marvel en la pagina oficial. Aun guardo esperanza de que Tony vuelva a verse en las saga o que Venti vuelva a aparecer como personaje canjeable.
