Capítulo 5

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     —El origen de la literatura americana se ve influenciado inicialmente por las culturas europeas que llegaron al nuevo mundo para descubrirlo y conquistarlo— recitaba sus apuntes mientras caminaba por el pasillo —. Durante el siglo XVII las influencias de varios países europeos en los nuevos territorios americanos no permitieron el desarrollo de una cultura literaria autóctona y nativa, sino que tenía muchos tintes europeos.

     —Durante el siglo XVIII, ¿no?— una voz la hizo dar un pequeño salto —Lo siento, no era mi intención asustarte.

     —¿Hola?— él alzo una ceja —¡Oh!— exclamó cuando lo miro —El chico que me tiro café hirviendo. ¿Cómo estas?

     —Soy Edward— dijo él con una sonrisa tímida —. Pase el fin de semana intentando hablar contigo, pero tus amigas dijeron que no estabas.

     —No sabia, ellas ni me dijeron nada— ella cerró su libreta —. Lo siento, estuve en París el fin de semana, llegue el lunes en la mañana. Fui directo a la universidad. Y bueno, he estado ocupada estudiando.

     —¿Tienes familia en París?— preguntó —Un día me gustaría ir a conocerlo. Aunque me gusta más Grecia.

     —Las playas del caribe se llevan mi corazón— se encogió de hombros —. Y respondiendo a tu pregunta, no, no tengo familia en Francia. 

     —¿Te gusta ir a estudiar su literatura?— pregunto él —Veo que eso estudias aquí. ¿Harvard?

     —Estudio literatura, si, pero no fui a estudiar a París— susurro Liliana —. Edward, mira debo seguir estudiando. No quiero sonar grosera, pero, ¿puedo hacer algo por ti?

     —¿Me aceptarías un café?— Liliana guardó silencio —Comenzamos con el pie izquierdo, no lo malinterpretes, pero realmente no imagine que te conocería arrojando un café encima de ti.

     —¿Y como fue que lo imaginaste?— sus mejillas se pusieron rojas de inmediata —Vale, no respondas, tengo una idea— pasó la mano que no sostenía el libro por su cabello —. A ver, Edware, tengo novio. Vive en París, por eso estuve allí. Creo que lo mencione el día del incidente con el café.

     —Si, lo hiciste, y tus amigos se encargan de repetirlo un millón de veces— aseguró él con una sonrisa divertida —. Es solo un café, no una cita. Lo juro.

     —Aún así no puedo, tengo exámenes, lo siento— ella lo miró apenado —. Quizás en otro momento. Eres un chico dulce— comenzaron a caminar por el pasillo —. Te aceptaré el café en algún momento, solo que este no es el momento. Lo siento.

     —Soy un chico insistente— ella se detuvo en la puerta del departamento —. Mamá me enseñó a disculparme con las personas.

     —Desde el momento en el que me volviste a hablar, note que eres un chico insistente— Liliana puso la clave de la puertas antes de poner su pulgar —. Y estas disculpado, si lo que te preocupa realmente es ese incidente. Debo irme, adiós. 

     —¿Por qué hablabas con el vecino?— preguntó Thalia en cuanto escucho a Liliana entrar —Vino aquí todos los días, preguntando por ti. Si Oliver se entera, tomará un avión solo para tener una charla con él.

     —Oliver no es un cavernícola, y no es dueño de mi vida— ella dejó su abrigo en el armario de la entrada —. Y solo me lo encontré, se ve que es un buen chico, pero busca algo que no ofrezco— se acercó a la cocina —. ¿Que haces?

     —Intento hacer lasaña— dijo Thalia —. Pero juro que Youtube estafa a las personas, ella lo hace ver tan fácil, y yo aún no puedo dejar de llorar por la cebolla.

Let's meet againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora