—Oliver— susurro Liliana sentandose en la cama —. Oliver— encendió la luz de la mesa auxiliar —. ¡Joder! ¡Oliver!
—¿Qué ocurre? ¡Estoy despierto! ¿Que ocurre?— él se sentó en la cama junto a ella y encendió su lámpara —¿Estás bien? ¿Qué sucede?
Ella apartó la colcha y entonces ambos miraron. Había sangre en la cama, justo en las piernas de ella. Oliver se colocó de pie de inmediato y encendió la luz. Liliana estaba paralizada, hasta que de pronto coloco una mano en su vientre y se quejo cuando una punzada de dolor atravesó su pelvis. Oliver salió corriendo de la habitación tomando las llaves del auto antes de volver junto a ella tomando sus identificaciones. Su mente iba a mil por hora.
Eran las dos de la mañana. La tomo en brazos y salió de la habitación y luego del departamento. Era agonizante. Bajo por el ascensor y en cuanto estuvieron en el aparcamiento, abrió la puerta del auto y la sentó, le ajusto el cinturón y rodeo el coche para subir él.
—Oliver, no quiero perder al bebé— él le tomo la mano —. Oliver, no puedo perder al bebé. No puedo.
—Muñeca, no pienses en eso, todo estará bien— él condujo por las calles de Boston —. Todo estara bien— ella seguía quejándose del dolor —. Lo estará.
En cuanto llegaron a urgencias él se bajó del coche y unos enfermeros se acercaron a ellos. Él la dejo sobre la camilla y no le soltó la mano mientras la llevaban adentro.
—Tiene cuatro meses de embarazo, todo iba bien, se levantó y había sangré en la cama.
—¿Tiene obstetra?— él asistió levemente.
—Si, es justamente ella— la doctora estaba dejando una planilla en recepción.
—Doctora, tenemos fémina de veintiun años de edad, embarazada, es su paciente— ella volteo a mirar y observó a Oliver —. Presenta derrame, lo que nos indica posible abortó.
—¡Cubículo cuatro! ¡Ahora! No hay tiempo que perder— ella miro a Oliver mientras corría junto a los enfermeros —. Ella estará bien. Espera aquí, saldré en unos minutos.
Oliver tomo asiento en la pequeña sala de espera, pero no tardó en levantarse caminaba de un lado a otro. Para cuándo logro sentarse coloco los codos sobre sus rodillas y sostuvo su cabeza con sus manos. Y por primera vez noto que él también estaba lleno de sangre. Paso las manos por su rostro y comenzó a pedir porque todo estuviera bien con Liliana y él bebé.
Todo estaba marchando genial, en la última consulta la doctora dijo que todo era perfecto. ¿Que podría haber salido mal? ¿Por qué comenzó a sangrar de pronto? Paso las manos por su rostro y se puso de pie, volviendo a la rutina de caminar de un lado a otro. Era como ver a un animal en una jaula, de un lado a otro siempre. Las emergencias se movían de un lado a otro, pero incluso estando rodeado de una sala de médicos, no podía concentrarse en nada más que no fuera la mujer que había traído.
—¿Oliver?— el volteo a mirar a la enfermera —Acompañame.
Él la siguió sin rechistar, ni preguntar. Ella lo condujo por un pasillo hasta ingresar a una habitación. Liliana estaba recostada en la camilla con la mano en su vientre. Sus ojos estaban rojos, y su rostro hinchado probablemente por tanto llanto. Él se acercó a ella y le tomo la mano que tenía libre y no estaba sujeta a una vía.
—¿Estás bien?— pregunto Oliver mientras le limpiaba las lágrimas.
—No— ella sollozo —. Aún no me dicen nada del bebé, ¿Y si lo perdimos, Oliver? No quiero perderlo, no puedo.
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Let's meet again
RomanceLiliana a sido una amante de los libros y la literatura desde muy pequeña. Desde que recuerda siempre le a contado historias a los más pequeños, desde las pequeñas que la rodean a los niños de las biblioteca. Cuando la vida la reencontró con Ol...