Capítulo 7

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     Nueva York, Estados Unidos de América.

     —¡Estamos en Nueva York, perras!— grito Christina saltando sobre Guillermo para abrazarlo —Te extrañe, imbécil.

     —Y yo a ti— le dio vuelta en el aire y lueoo la bajo —¡Tú!

     —¡Tú!— exclamó Liliana con la misma emoción —¡Gui, me vas a tumbar!— dijo cuando Guillermo comenzó a darle vueltas en el aire sin parar.

     —Te extrañe, mariposa— le dio un beso en la frente —. Oliver— se extendieron la mano, Oliver lo atrajo a él y se palmearon la espalda —. ¿Qué tal Francia?

     —Nada como estar con mi novia, pero amando lo que estoy estudiando— se encogió de hombros levemente, y sonrió —. ¿Qué tal Nueva York?

     —Bueno, ha sido, digamos que extraño— Thalia quien iba discutiendo con Matt sobre la valija miró a Guillermo —. Algún día, tendré que ver como no discutes con el pobre Matt, lo juro.

     —Al menos no eres tan imbécil, como cuando te conocí— se dieron un abrazo rápido —. Luces guapo, que lindo niño bueno— le pellizco las mejillas como si de un niño se tratará.

     —Si, si, si— él le tomó la mano y le dio un beso —... Puedes quedarte con tu loca, Matt.

     —Bueno, el psicólogo aquí eres tú— se burlo Chad —. Muy bien, ¿a donde vamos?

     —A dejar esto primero en el departamento— dijo April mientras arrastraba su valija —. ¡Joder! ¿Por qué pesa tanto?

     —Porque tienes demasiado tacones, y abrigos— dijo Abril quien llevaba una valija pequeña —Estuvimos veinte minutos esperando su valija, veinte.

     Desde que habían entrado a la universidad no se habían visto más. En cuanto el verano termino y todos tomaron un avión con vuelos a diferentes lugares. Acordaron reunirse en Seattle para navidad, pero Guillermo no había podido de salir de Nueva York, así que, ellos se trasladaron hasta él, para pasar navidades juntos. Y para año nuevo, cada uno estaría con sus familias.

     Salieron del aeropuerto puerto luego de que Guillermo los saludara entre todos. El departamento de Guillermo era pequeño, así que, se hospedarian en un hotel, y celebrarian navidad en el departamento.

     —¿Vendrás?— preguntó Guillermo respondiendo la llamada.

     —Qué va, si mi padre no me alcanza, me iré a California— Danica guardaba la ropa en la valija —. ¿Cómo están todos?

     —Genial, están guardado las valijas en sus habitaciones de hotel, y luego iremos a comer— miro el reloj —. Deberías venir a comer con nosotros.

     —Chico fresa, gracias por la invitación, pero no quiero seguir metiéndote en problemas— susurro ella —. Ten una linda navidad con tus amigos. Te las mereces.

     Y colgó la llamada. Guillermo paso la mano por su rostro. No conocía la historia de Danica, al menos solo por encima. Ella no contaba mucho más allá, de lo ocurrido aquella noche. Y evitaba el tema a toda costa, para ella era mejor que Guillermo simplemente olvidará aquella noche.

     Danica tomó asiento en la cama. Quería a Guillermo, y debía alejarse de él, porque él quería a Liliana, y el amor unilateral no funciona nunca. Respiro profundamente y miro el reloj. Si no quería que su padre la encontrará debía largarse ya mismo.

     —¿Hola?— cuestiono cuando escucho voces —¿Quién está ahí?— saco el arma de la mesa de noche.

     —¿Aprendiste a manejar armas?— cuestiono esa voz que se conocía a la perfección —¿Ya estas lista para dar talla?

Let's meet againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora