Capítulo 8

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      —¿Qué haces?— preguntó Oliver acercándose a ella —¡Oh! Hola, lamento interrumpir. No sabía que hoy era día de terapia.

      —Bueno, era los viernes, pero ella me llama cuando quiere— dijo la mujer al otro lado de la pantalla con una sonrisa —. Con el tiempo, te acostumbras.

     —Eres tú quien nunca le dice que no— beso la mejilla de su novia —. Las dejo seguir conversando. Solo queria informar que la comida está lista. Esperamos por Guillermo para servirla.

     —Gracias, voy en cinco minutos— Oliver le guiño un ojo y salió de la habitación.

     —Veo que la distancia no les ha pasado factura— Liliana se encogió de hombros levemente —. Tu expresión me dice que definitivamente no están las cosas del todo bien.

     —Es más el tiempo que pasamos evitando discutir, que el que pasamos riéndonos— se recogio el cabello con una pinza —. Lo amo, pero no se, las cosas se vuelven raras cuando esta lejos.

     —Nadie nos habla del amor real, Liliana— respondió ella —. Tenemos un problema con eso, creemos en las relaciones perfectas y esas no existen.

     —Se que no es perfecto— susurro Liliana —. Pero nadie me dijo que las cosas se volverían tan extrañas.

    —Nadie lo dice, pero las relaciones largas y sanas, no son sólo amor. Es una construcción diaria de cuidados, platicas incómodas— resaltó esto último —, de detalles hacia la otra persona, de apoyo incondicional, de desacuerdos, crecimientos. Nadie no los dice, pero lo bonito cuesta y se construye.

     —No quiero hacer su estadía aquí incomoda— Liliana miro la ventana que estaba delante de ella —. Ya sabes, es poco el tiempo que tenemos. Quiero preservar eso, en lugar de discutir.

     —Si siguen ignorando las conversaciones incómodas, en menos de un año, la relación sólo dependerá de una decisión— Lili la miró encogerse de hombros —. Ya sabes, terminar la relación.

      —No quiero hablar de eso, ¿cuando seré dada de alta?— cuestiono Liliana —No me malinterpretes, probablemente sea dada de alta y te siga llamando.

     —Serás dada de alta, cuando quieras ser dada de alta, hemos recorrido un largo camino— le sonrió con dulzura —. Y me alegra que confíes en mi. Tenerte es mejor de lo que crees.

     —Gracias por estar conmigo en este largo camino— Liliana sonrió ampliamente —. La terapia es buena, las personas deberían tomarse más en serio su salud mental.

     —Feliz navidad, Lili— le arrojo un beso —. Serán buenas navidades para ti.

     —Serán grandiosas para ti, futura mami— se burlo un poco —. En cuanto nazca, estaré ahí en primera fila para conocerlo o conocerla.

     —Serás una tía genial, deberías venir con Oliver— Liliana asintió levemente —. Me alegra saber que eres la primera persona en saberlo.

      —Y a mi que me dieras el honor, futura mami— le arrojo un beso —. Feliz navidad. Te llamere en año nuevo.

     —Y siempre serás atendida— se despidieron y Liliana cerró el ordenador.

     Oliver vigilaba el chocolate caliente que estaba haciendo la máquina de expresos. Los chicos estaban jugando trivia en la estancia, por lo que los gritos se escuchaban en todo el lugar. Escucho unos pasos que conocía a la perfección, y le dio un trago a su chocolate antes de que el otro estuviera listo.

     —Deberíamos hablar— susurro ella subiéndose a la isla —. Ya sabes, no podremos ignorar esto todo el tiempo.

     —¿Chocolate?— ella lo tomo —No tiene canela, ya sabes que soy alérgico— Liliana le beso la mejilla —. Estaba esperando que terminaras de hablar con la psicóloga.

Let's meet againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora