Comida a cambio de el, no era el precio o cambio más justo pero en tiempos desesperados se necesitan medidas desesperadas y era lo que más estaba, nunca creyó que se ofrecería a cambio de comida, aunque también lo hacía por tener un "buen trato" por así decirlo. No tenía otra opción de todas formas; era eso o morir de hambre.
Así como el comandante dijo sucedió, llegaron en la tarde unos soldados con una pequeña tina de madera vieja llena de agua entre jabón, una esponja y shampoo. Dejandola en el baño se retiraron sin nada más que decir.
El soldado de gafas sin pensarlo mucho se metió aquella tina quitándose la poca ropa que llevaba y sus lentes; se bañaba con normalidad, nada fuera de lo comun, mientras lo hacía se quedaba pensando, asustado, por lo que viviría después, no era la primera vez que lo haría con el pero eso no quitaba el hecho de sentirse mal consigo mismo. Todo lo que tenía que hacer por la maldita hambre que no lo dejaba de atormentar.
Al terminar de bañarse, tomo una toalla que también habían dejado los soldados secándose. Estando aún un poco mojado, se colocó la toalla alrededor de la cintura para tirar el agua de la tina; solo tuvo que quitarle el pequeño tapón de está para que el agua se fuera. Salió del baño aún secándose, principalmente el pelo.
Terminando se puso la única prenda que solía llevar que eran sus boxers, se sentó en la cama para esperar aquel hombre.
Así estuvo por unas horas, hasta que cayó la noche, al poco tiempo se escuchó una puerta abrirse y unos pasos, no dudaba que era el comandante y así fue, el hombre llegó a la celda entrando y cerrandola hasta con llave como le era de costumbre.
Se acercó al soldado, colocando una de sus manos en sus hombros y otra en su barbilla subiendo su cabeza un poco.
– Eres realmente tan lindo. Es increíble que tenga todo esto para mí.
No respondió o dijo algo al respecto solo se le quedaba viendo con cierto miedo e incomodidad, sin precio aviso coloco el comandante sus lentes en el confundiendose un poco con su acción.
– Quiero que los uses, me gusta más como te ves con ellos.
— el chico solo asintió haciendo está acción con temor —.
Entre aquel momento el comandante se iba colocando encima del soldado hasta el punto de tumbarlo a la cama y estar ya encima de el. Se acercó cada vez hasta unirse con un beso, era un beso desesperado y nada agradable para Steve, era demasiado brusco, solo se agarraba de Oswald con fuerza.
El beso fue algo largo hasta que finalmente se separaron teniendo el soldado la respiración agitada.
El comandante, poco a poco fue quitándose la ropa empezando con la parte de arriba quedando todo su rostro y pecho al descubierto.
Sin previó aviso, le quito la única prenda que llevaba puesta este.
— se acercó al oído de el — No recordaba el bonito cuerpo que tenías, es realmente una buena vista.
Steve, no dijo nada al respecto, solo deseaba que ese momento pasará lo más rápido posible, al ver el comandante que lo ignoraba tomo sus muñecas, subiendo sus manos arriba de su cabeza.
– No me gusta cuando me ignoras. Creo que ya te había dicho de esto antes así que... Si quieres un buen trato ya sabes que hacer, cariño.
Iba dando besos en el cuello de el, mostrándose solo a un Steve nada conforme y repitiéndose solo en su interior que todo eso solo era por comida.
Ese era el problema.
Se sentía sucio, un fácil que hacia lo que fuera hasta humillarse a si mismo solo por comida.