Sakura cerró la puerta en cuanto el botones del hotel salió de la habitación, y dejó la maleta sobre la cama, no recordaba cuándo había sentido su independencia tan coartada, pero no tenía más elección.
No podía regresar a casa sabiendo que Sasuke podía ofrecerle un acuerdo que evitaría que su negocio familiar cayera en bancarrota.
Sólo era una cena. Y no tenía nada que perder. Si él le ofrecía una suma ridícula de dinero por la compra de Harunoson’s, ella rechazaría la oferta, pediría un taxi y se
marcharía directamente al aeropuerto, consciente de que había hecho todo lo posible.Así que, se encontraba de nuevo en Uchiha's. Había llegado de una manera muy diferente a aquel caluroso día de julio de seis años atrás.
Aquel día, su vida estaba llena de promesas. Seis semanas antes estaba
trabajando en el restaurante de sus padres, sirviendo mesas, cuando el hombre más atractivo del mundo entró por la puerta como si fuera una estrella del cine.–El partido del día – le había dicho una de las camareras, guiñándole un ojo. Sakura se había sonrojado y se había dado la vuelta. Pero al momento, se había
percatado de que era la única camarera que no estaba atendiendo a un cliente.Agarró el bolígrafo y la libreta y se acercó a la mesa donde estaba él.
–¿Qué puedo ofrecerle, caballero?
Él permaneció en silencio un instante, con la cabeza inclinada.
–A quien sea responsable de esto –dijo él, golpeando el menú con cara de disgusto.Sakura se quedó de piedra, convencida de que él estaba a punto de poner una queja.
–El chef es quien elige los platos, señor. Si desea tomar algo en particular... –
Sakura sonrió y dio un paso atrás hacia la cocina, en un gesto que esperaba indicara que no tuviera problema en pedirlo.–No de la comida –contestó él–. Me refiero a la persona responsable del diseño del menú.
–De hecho, ésa soy yo –dijo Sakura, sonrojándose.
–¿Usted? –preguntó él con incredulidad, y levantó la vista para mirarla.En un instante, consiguió atravesar su alma provocándole una ardiente sensación que
Sakura no había experimentado jamás. Él negó con la cabeza y continuó:– ¿Tiene este increíble talento y está sirviendo mesas?
Sasuke la invitó a sentarse y Sakura le explicó todo. Le contó que era el restaurante
de su padre y que estaba trabajando allí temporalmente.También, que le encantaba atender a los clientes pero que lo que más le gustaba era diseñar cosas. Y que por eso, mientras debatía entre asistir a la universidad o buscar un trabajo en el área de marketing, aquel verano su padre le había permitido diseñar sus menús.
Cuando él terminó de hacerle todo tipo de preguntas, ella se percató de que no podía dejar de sonreír. Se sentía como si hubiera sido invisible toda su vida y como si, por fin, alguien se hubiera dado cuenta de quién era en realidad.
–Mis empleados son incapaces de hacer algo que sea la mitad de original, y eso que han recibido muchos años de formación.
Y ése fue el momento en que su vida cambió para siempre. Sasuke le anunció que era el propietario de uno de los hoteles y restaurantes más famosos de Konoha, y que no pensaba marcharse de allí hasta que ella no accediera a formar parte de su
equipo.Sakura recordaba la emoción que había sentido al despedirse de sus padres el día que se marchó a Konoha. Y cómo había llegado al aeropuerto internacional de Konoha, donde él la esperaba en persona con un deportivo de color rojo para llevarla a Uchiha's, uno de los mejores hoteles de cinco estrellas, donde había perdido su inocencia y su corazón.
Sí, la segunda llegada a ese hotel había sido muy diferente. Sakura abrió la maleta y comenzó a colgar la ropa en el armario. Suspiró. No había llevado nada elegante para ir a cenar, y menos para cenar en uno de los lujosos restaurantes de Sasuke.
Aunque sonara extraño, no solía salir a cenar fuera. Sin embargo, de vez en cuando, sí salía a tomar una copa con algunas compañeras del restaurante, pero hacía mucho tiempo que no aceptaba una cita.
«Aunque esto no es una cita», pensó, mientras sujetaba el único vestido que había llevado. Era verde y demasiado corto, pero lo había llevado pensando que en septiembre todavía podía hacer mucho calor durante el día. Era su única opción.
¿Y qué más daba si él lo
encontraba inapropiado? Él no podía pretender que ella hubiera pensado llevar algo de ropa para esa noche. Sakura se había gastado todos sus ahorros en el traje
que se había puesto para la reunión, pensando que podría hacerle creer que el restaurante sólo necesitaba una pequeña cantidad de dinero para aumentar sus beneficios.Pero una vez que él estaba al tanto de su precaria situación financiera, ya no tenía sentido fingir. Sakura se miró al espejo y se soltó el cabello, permitiendo que los mechones de
color rosa se extendieran sobre sus hombros.Dos horas y media más tarde, él estaría abajo, esperándola. Sintió un escalofrío. «Estúpida», pensó, mirándose en el
espejo. ¿Así que su cuerpo todavía lo deseaba?Siempre había sido consciente del fuerte deseo que él le provocaba. Había pensado que era la nostalgia la que la hacía
recordar cómo se había derretido por dentro en el instante en que él la había tocado, y cómo deseaba que la acariciara cuando estaba a su lado, pero ese día comprobó que la nostalgia no tenía nada que ver con aquello.Incluso cuando él la había tocado con intención de retenerla, ella había deseado que no la soltara. «¿O
quizá era eso lo que él pretendía?», pensó mientras sacaba ropa interior limpia y se
dirigía al lujoso baño.Sólo le había hecho falta ver cómo lo había mirado karin para saber que él tenía el mismo efecto sobre todas las mujeres. «Sólo se trata de
atracción sexual», razonó para sí.Quizá su cuerpo fuera débil, pero ella no lo era.
Ya había sucumbido a sus encantos una vez, entregándole su virginidad de manera voluntaria, para después salir de su vida con facilidad. Pero ya no tenía dieciocho años. Era mayor, y más sabia, y no tenía intención de entregarle nada.
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Amante Mía ~SasuSaku ~
Fanfiction¡Sakura Haruno no podía creer que Sasuke Uchica tuviera tanto descaro! El arrogante millonario le había ofrecido ayuda para su negocio a cambio de que se convirtiera en su amante. Durante su inexperta juventud, Sakura le había entregado su corazón...